Los países miembros de la OCS están preocupados por el despliegue unilateral de un sistema de defensa antimisil, que podría socavar la estabilidad estratégica y la seguridad internacionales.
Los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) están preocupados por el despliegue unilateral de un sistema de defensa antimisil, que podría socavar la estabilidad estratégica y la seguridad internacionales, señala el comunicado final de la cumbre que tuvo lugar en Pekín.
“El despliegue unilateral de un sistema antimisil por un Estado o grupo de estados socavará con toda probabilidad la seguridad internacional y la estabilidad estratégica. Los problemas resultantes de este proceso deben resolverse a través de esfuerzos políticos y diplomáticos de parte de todos los Estados interesados”, dijo el comunicado emitido el jueves.
“Los Estados miembros (de la OCS) creen que es imposible garantizar la seguridad propia a expensas de otros”, añade el comunicado.
Fundada en 2001, la Organización de Cooperación de Shanghai integra ahora a China, Rusia, Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán. La reciente cumbre de esta organización tuvo lugar el 6 y 7 de junio en Pekín, China.
En la cumbre de la OTAN en Lisboa en 2010, Moscú y Washington acordaron cooperar en el ámbito de la defensa antimisiles en Europa. Sin embargo, las dos partes siguen sin ponerse de acuerdo sobre la arquitectura del futuro sistema. Además, la cooperación ha quedado en letra muerta, ya que EEUU se niega a garantizar que el sistema no vaya a ser una amenaza para el potencial nuclear de Rusia.
La Alianza Atlántica insiste en el establecimiento de dos sistemas independientes pero coordinados: uno ruso y otro de la OTAN. Moscú quiere, por su parte, crear un sistema indivisible que integre los dispositivos de ambas partes.