El anuncio de la cadena de supermercados más grande suiza, Migros, de etiquetar los productos alimentarios procedentes de los asentamientos judíos situados se suma a las campañas de boicot contra Israel.
El anuncio de la cadena de supermercados más grande suiza, Migros, de etiquetar los productos alimentarios procedentes de los asentamientos judíos situados en los territorios palestinos ocupados por Israel, se suma a las campañas de boicot contra Israel como estrategia para el cumplimiento del Derecho Internacional en Palestina.
En el caso de Migros, a partir de enero del año próximo se empezará a aplicar una medida que permitirá al consumidor poder identificar el producto “Hecho en Cisjordania, zona de población israelí” o “Fabricado en Jerusalén del Este, zona de población israelí” y que de esta forma el cliente pueda elegir entre boicotear una mercancía suministrada por los colonos sionistas o bien seguir siendo cómplice de las violaciones contra la población palestina. La lista de productos es amplia y afectará a dátiles, fresas y otras frutas, hierbas aromáticas así como máquinas para gasificar el agua.
Los boicots hacia estos productos no son nuevos ya que desde hace años, diversos movimientos sociales han venido utilizando este medio cívico para mostrar su rechazo a las politicas gubernamentales contrarias al Derecho Internacional, como son la colonización, la limpieza étnica y el muro de apartheid, denegación de acceso a servicios educativos y sanitarios básicos, la demolición de hogares, destrucción de infraestructuras fundamentales para el abastecimiento de agua potable, la negación de libertades fundamentales a través del asedio e incursiones militares, devastación de tierras agrícolas que vive la población palestina, especialmente desde el año 2000.
Los países nórdicos fueron pioneros en encabezar una campaña que la industria israelí ha empezado a notar. Los países escandinavos, Gran Bretaña, Francia e Italia ya han hecho notar la indignación la ofensiva militar impuesta a la población civil palestina. Suiza se suma ahora con otro tipo de propuesta comprometida y se espera que sean más los países que secunden la iniciativa. No debe olvidarse que Europa es el principal mercado exterior del campo israelí, siendo sus exportaciones lo suficientemente importantes para los ingresos del Estado, oscilando los 800 millones de euros anuales, solo superados por la venta de diamantes pulidos, las armas y las tecnologías de la información.
Hace unas semanas, el 18 de mayo, el Ministerio de Comercio e Industria de Sudáfrica anunciaba su pretensión de colocar igualmente etiquetas distintas sobre los productos fabricados por la población palestina y por la israelí para que se distingan y para despertar así la conciencia sobre los asentamientos ilegales.
Pero el boicot a Israel no solo se ha centrado en productos alimenticios. También el boicot cultural está tomando una importancia significativa. Así, Escocia decidió prohibir la presentación, edición, distribución y venta de todas las obras literarias israelíes, o que hayan sido traducidos del hebreo al inglés.
España sin embargo, es un mercado relativamente pequeño para las exportaciones israelís, aunque existe presencia de cosméticos (Ahava), frutas (Carmel) y agua (Eden) están ampliamente implantadas en grandes superficies y mercados nacionales, aunque la población civil exige cada vez con mayor fuerza una implicación del gobierno en el rechazo a las políticas sionistas.