La Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID), denunciada frecuentemente por su historial intervencionista en la región.
La Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (USAID), denunciada frecuentemente por su historial intervencionista en la región, financia hoy en Ecuador dos proyectos por 4,3 millones de dólares con el supuesto objetivo de “fortalecer la democracia”.
El diario ecuatoriano El Telégrafo, en un trabajo de investigación, resalta que con esos recursos en este año electoral la USAID busca liderar una campaña conjunta con algunas ONGs del país en contra del Decreto 982, que busca regular las actividades de las organizaciones civiles.
Esta campaña está dirigida a evitar que mediante ese Decreto el Estado regule tales actividades para lo cual propone la idea de que sería mejor que esas organizaciones se guíen por su propio código ético.
Esa campaña, revela el rotativo, se estaría fraguando a través de un convenio denominado “Fortalecimiento de la Sociedad Civil en el Ecuador”, ejecutado por el Grupo Faro y por Fundamedios, dos ONGs opuestas al Gobierno, junto con otras asociaciones similares.
Estas ONGs, señala la fuente, llevan adelante una campaña en contra del Proyecto de Ley de Comunicación, que no ha podido ser aprobado tres años después del inicio de los debates, y del Decreto 982.
El Telégrafo recuerda que la ex embajadora de Estados Unidos Heather Hodges, expulsada de Ecuador en 2011, mencionó en unos cables diplomáticos revelados por Wikileaks, el inicio de la construcción de esta red en Ecuador.
Por otra parte, añade la fuente, Eva Golinger, investigadora y periodista estadounidense, asegura que muchas organizaciones ecuatorianas, algunas de ellas vinculadas al movimiento indígena, reciben fondos del Departamento de Estado a través de la USAID y la National Endowment for Democracy (NED) con el propósito de desestabilizar al Gobierno de Rafael Correa.
Desde mayo de 2010, Correa ha denunciado la existencia de un número considerable de ONGs en Ecuador, muchas de ellas sin control y sin pagar impuestos al fisco, que son utilizadas para financiar actividades políticas ilegítimas, incluyendo la supuesta formación de futuros líderes políticos y sociales.
Desestabilizar los países del Alba
Esta campaña de la USAID en Ecuador se enmarca dentro de otra más amplia dirigida a financiar grupos subversivos que buscan desestabilizar a los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), un bloque de integración política, económica y social creado en 2004 y que busca robustecer la independencia política y económica de América Latina.
Según Mark Feierstein, administrador adjunto para América Latina y el Caribe de la USAID, Washington prioriza el apoyo a las fuerzas opositoras que “están luchando por los derechos humanos y la democracia” en esas naciones.
Él confirmó que la Casa Blanca mantiene una estrecha relación y entrega fondos a sectores antigubernamentales radicados en Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua (países integrantes de ALBA), sin precisar cifras, reseñaron varios medios de prensa.
Las declaraciones de Feierstein evidencian las denuncias de gobiernos e instituciones nacionalistas y progresistas en América Latina y el Caribe sobre el carácter subversivo de los programas de la USAID en la región.
Según las frecuentes denuncias de analistas, la entrega de capital a naciones pobres -con el pretexto de impulsar reformas sociales o atender a sectores vulnerables- disfraza las pretensiones de Washington de captar adeptos en todas partes y posibilitar la subversión política con el fin de derrocar gobiernos que no sigan los mandatos de EEUU.
