La reunión entre el primer ministro turco, Recep Tayyep Erdogan, con líderes de la oposición de Turquía sobre la cuestión del avión turco derribado por la defensa de Siria no tuvo éxito para Erdogan.
La reunión entre el primer ministro turco, Recep Tayyep Erdogan, con líderes de la oposición de Turquía sobre la cuestión del avión turco derribado por la defensa de Siria no tuvo éxito para Erdogan.
Aunque la oposición ha manifestado su solidaridad con Erdogan en el hecho de culpar a Siria del derribo de un avión militar turco, sin dar un aviso antes (!), ninguno de sus líderes se ha mostrado favorable a una operación militar.
Así, el líder del Partido Republicano, Kamal Kelichnagar, arremetió contra la política exterior del gobierno de Erdogan, instándole a actuar con calma y racionalidad.
Por su parte, el jefe del Movimiento Nacionalista, Dawlat Bahtchali, no ha dejado de criticar a Siria, pero al mismo tiempo, subrayó que el Partido de la Justicia y el Desarrollo practica ciertas políticas equivocadas hacia ese país y habló de “la incapacidad del gobierno para afrontar los retos provocados por su política actual”.
El periódico Achkam resume la posición de la oposición diciendo que ésta apoya el “soft power (poder blando)”.
El diario dijo que “la reacción de las multitudes de Siria preocupa en Ankara, y esto ha llevado al primer ministro a convocar una reunión con líderes de la oposición turca, indicando que este caso es una cuestión de unidad nacional y que su gobierno sirve a los intereses nacionales de Turquía”.
En resumen, los líderes de la oposición expresaron su apoyo, por un lado, al gobierno turco, pero también le hicieron objeto de una fuerte crítica.
De hecho, la oposición respondió a Erdogan que “hay que utilizar los canales diplomáticos hasta el fin y Turquía debe coordinar su postura con la comunidad internacional”. También señaló que el gobierno está “obligado a informar al Parlamento sobre todos los hechos”.
De todos modos, los informes de la misma fuente señalan que tanto la oposición como la opinión pública turca están en contra de una operación militar contra Siria.
Además, la mayoría de los medios de comunicación señalan que “una respuesta militar no es una opción debido a que su precio sería prohibitivo política y económicamente. Ellos afirman que la capacidad del Ejército turco no es capaz de lidiar con las ambiciones de política exterior del Partido de la Justicia y el Desarrollo. Los medios han mostrado también su preocupación por cuál será el futuro de Turquía en lo que se refiere a la energía, un campo en el que el país está asociado con Rusia e Irán, ambos aliados de Siria. También se interrogan sobre lo que pasará con la cuestión kurda, que todo el mundo está tratando de explotar”.