Arabia Saudí ha denunciado como una injerencia flagrante e injustificada en sus asuntos internos la declaración de un responsable ruso acerca de los últimos enfrentamientos.
Arabia Saudí ha denunciado como “una injerencia flagrante e injustificada en sus asuntos internos” la declaración de un responsable ruso acerca de los últimos enfrentamientos entre manifestantes y policías en el este del reino.
En la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Konstantin Dolgov, representante ruso para los Derechos Humanos, expresó su “profunda preocupación” tras la muerte de manifestantes el 9 de julio durante las protestas que siguieron a la detención de un líder religioso en Arabia Saudí.
Evocando un “riesgo" para la estabilidad de Arabia Saudí, el funcionario ruso pidió a Riad que actúe para evitar un conflicto “confesional” y asegurar “el respeto a los derechos humanos, incluido el derecho a la libertad de expresión”.
“Se trata de una injerencia flagrante e injustificada en los asuntos del reino”, respondió un portavoz del Ministerio saudí de Asuntos Exteriores, citado el sábado por la agencia oficial de noticias SPA.
Manifestándose en contra de la “declaración hostil” de Dolgov, un portavoz dijo que Riad “siempre se abstuvo de intervenir en los asuntos internos de Rusia y en su política en relación a las perturbaciones habidas en el interior de sus fronteras, que han causado muchas muertes.”
Él añadió que esperaba que esta declaración no tenga la intención de “distraer la opinión pública” de lo que el responsable saudí calificó de “masacres infames y salvajes cometidas por el régimen sirio contra su pueblo”, con el “apoyo de algunas partes que impiden cualquier esfuerzo genuino para poner fin a derramamiento de sangre de los sirios”.
Este acalorado intercambio de palabras entre Moscú y Riad muestra la tensión entre los dos países con la crisis de Siria como fondo.