El príncipe Bandar bin Sultan fue nombrado el jueves jefe de inteligencia de Arabia Saudita en lugar del príncipe Moqrin bin Abdul Aziz, que fue destituido de su cargo, según un Real Decreto.
El príncipe Bandar bin Sultan fue nombrado el jueves jefe de inteligencia de Arabia Saudita en lugar del príncipe Moqrin bin Abdul Aziz, que fue destituido de su cargo, según un Real Decreto.
El príncipe Bandar, que mantiene su cargo como secretario general del Consejo de Seguridad Nacional de Arabia Saudí, fue embajador en Washington desde 1983 hasta 2005.
De acuerdo con un decreto emitido por el rey Abdulá y transmitido por la televisión estatal, “el príncipe Moqrin fue removido de su cargo y nombrado asesor y enviado especial del rey”.
El príncipe Bandar, hijo del anterior príncipe heredero y ex ministro de Defensa, Sultán bin Abdul Aziz, que falleció en 2011, fue embajador saudí en Washington durante 22 años antes de renunciar oficialmente al cargo por “motivos personales”.
De hecho, Bandar bin Sultan se convirtió en esos años de presencia en la capital de EEUU en una figura clave en Washington, donde estuvo muy presente en los medios de comunicación.
Nombrado embajador en los años 80 durante el mandato del primer presidente Ronald Reagan, tras 17 años como piloto de combate en la Fuerza Aérea de Arabia Saudí, el príncipe Bandar conoció y frecuentó a todos los presidentes de EEUU: George H. Bush, Bill Clinton y George W. Bush. Su familiaridad con el clan Bush le hizo ganarse el desagradable apodo de “Bandar Bush”, que le dedicó el director de cine Michael Moore en su película-documental “Fahrenheit 9/11”.
Durante la invasión de Kuwait en 1990, él fue el canal privilegiado entre el presidente Bush y el rey Fahd.
Bandar ha estado también vinculado a asuntos turbios relacionados con el mundo de los servicios de inteligencia.
Más tarde, durante los preparativos para la guerra contra Iraq, Bandar conoció los detalles del plan de invasión antes que el propio secretario de Estado, Colin Powell, según señalan diversos medios de comunicación estadounidenses.
El príncipe Bandar ha estado también muy involucrado en el caso de BAE Systems (el productor de las armas británico) del que habría recibido 1.500 millones de euros en “sobornos” a cambio de contratos para la venta de armas de esa compañía a Arabia Saudí.