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¿Está Pagando el Precio Iraq por Oponerse a la Intervención en Siria?

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Una serie de bombas mortales causaron al menos 91 muertos y 172 heridos en Iraq el lunes, el día más sangriento que el país ha experimentado en más de dos años.

Una serie de bombas mortales causaron al menos 91 muertos y 172 heridos en Iraq el lunes, el día más sangriento que el país ha experimentado en más de dos años.

Varios políticos y observadores iraquíes han relacionado estos atentados con la política de Iraq de rechazar las injerencias exteriores en Siria y negarse a pedir la salida del poder de Bashar al Assad.

El 10 de mayo 2010, 110 personas murieron a causa de varios atentados, sobre todo a consecuencia de un coche-bomba colocado en el estacionamiento de una fábrica textil en Bagdad.

Los ataques del lunes, el tercer día del mes sagrado del Ramadán, tuvieron lugar en Bagdad, así como en varias ciudades del norte, como Kirkuk, en la frontera con la región autónoma del Kurdistán. Muchos soldados y policías se encuentran entre las víctimas de dicha violencia.

El ataque más sangriento ocurrió en Tayi, una localidad situada a 25 km al norte de Bagdad. Una serie de explosiones dejaron al menos 42 muertos y 40 heridos, según dos fuentes médicas.

En el lugar, un periodista de AFP vio a los residentes de buscar entre los escombros de sus hogares en busca de sus parientes.

Más al norte, cerca del pueblo de Duluiya (90 km al norte de Bagdad), alrededor de las 5:00 (02:00 GMT), hombres armados irrumpieron en una base militar y abrieron fuego contra los soldados, matando a 15 de ellos.

Otros dos soldados resultaron heridos, según un teniente del Ejército y una fuente del Ministerio del Interior.

La violencia también ha afectado a los pueblos de Saadiyah, Jan Beni Saad, Kirkuk, Jurmatou Tuz y Dibis, todos al norte de Bagdad.

En Kirkuk, capital de la provincia del mismo nombre, y Tuz Jurmatu y Dibis, al menos siete personas murieron y otras 29 resultaron heridas en una serie de explosiones.

Varios puestos de control del Ejército y la Policía de la provincia de Diyala, al noreste de Bagdad, fueron atacados por hombres armados y se produjeron una serie de explosiones, que causaron la muerte a 11 personas, algunas de ellas miembros de las fuerzas de seguridad. Cuarenta personas resultaron heridas, según las autoridades, incluyendo un médico de la capital provincial, Baquba.

Bagdad no se libró tampoco. Dos personas murieron en la explosión de un coche bomba en el barrio de Yarmuk, en Husseiniyah, según responsables de las fuerzas de seguridad y médicos. Además, 21 personas resultaron heridas.

En Ciudad Sadr, en el corazón de la capital, 12 personas murieron y 22 resultaron heridas en la explosión de un coche bomba.

En Dujail, en la provincia de Salaheddin (al norte de Bagdad), una mujer fue asesinada en un atentado con el mismo procedimiento. El vehículo estaba estacionado cerca de una mezquita frecuentada por los musulmanes shiíes. Cuatro personas resultaron heridas.

La ola de ataques en la mañana del lunes no ha sido reivindicada, pero Al Qaida en Iraq ha anunciado su intención de intensificar su lucha.

En un mensaje de audio, el líder del así llamado “Estado Islámico de Iraq” (ISI), una rama de Al Qaida, ha expresado la intención del grupo extremista de “eliminar a jueces y fiscales” y liberar a sus militantes encarcelados.

Algunas personas han denunciado el apoyo de Arabia Saudí a los grupos extremistas en Iraq, con el fin de intentar derribar al gobierno del país, dominado por los partidos shiíes.