Erdogan acusó a Siria el miércoles de haber confiado la defensa de parte de su frontera con Turquía a los kurdos del partido separatista PKK.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, acusó a Siria el miércoles de haber confiado la defensa de parte de su frontera con Turquía a los kurdos del partido separatista PKK, enemigo implacable de los diversos gobiernos turcos, y que se halla activo especialmente en el norte de Iraq, donde con frecuencia pone en marcha operaciones militares contra Ankara. A finales de julio, según un artículo publicado en Le Monde, la milicia del PKK pasó a controlar varias localidades sirias en la frontera turca, en una extensión, situada entre la vertical de Alepo y la frontera con Iraq, que se extiende aproximadamente a lo largo de 400 kms.
Según Erdogan, Damasco habría de alguna manera “subcontratado” a los combatientes kurdos para luchar contra el Ejército Sirio Libre (ESL) en cinco distritos fronterizos. Y él ha amenazado a su vecino con la posible autorización a los militares turcos para ejercer un pretendido derecho de persecución contra los separatistas kurdos en Siria, como sucede desde hace largo tiempo y de forma regular en el caso de Iraq.
En resumen, el jefe del gobierno turco ha iniciado una nueva escalada - verbal. En el fondo del asunto, lo cierto es que la rama siria del movimiento separatista kurdo, el PYD (Partido de Unión Democrática), está trabajando con el gobierno de Damasco, que otorgó el año pasado la ciudadanía a decenas de miles de sirios kurdos asentados en el noroeste del país. El número de distritos bajo administración del PYD está estimado en tres, según algunas fuentes.
Recientemente, un informe de Libération mostró que, efectivamente, los grupos del ESL en la región de Atmah (a unos cuarenta kilómetros al noroeste de Alepo) habían sufrido la acción de los milicianos kurdos. Según Le Monde, la milicia del PYD rechazó además hace unos días un ataque del ESL contra sus bastiones de Efrin y Ayn al-Arab, al norte de Alepo. En la misma región, el PYD mantiene unos 200 controles de carretera al norte y al este de la ciudad bloqueando el movimiento de los rebeldes, mientras que el Ejército sirio se concentra en la misma. Básicamente, los kurdos acusan al ESL de estar bajo la protección de Turquía y de mantener vínculos con regímenes radicales sunníes como los del Golfo.
Habrá que ver si Erdogan, hace honor a sus amenazas, que suponen un peligro tanto para los turcos como para los sirios. Una incursión en Siria podría llevar a la combustión súbita y generalizada de la zona fronteriza, desde el noreste de Siria hasta el norte de Iraq. Erdogan, atrapado en su callejón sin salida de Siria, podría intentar una huida hacia delante, ya que, después de todo, la lucha contra el PKK es un tema unificador en Turquía. Sin embargo, los turcos, que ya están sufriendo la presencia masiva de refugiados y de los yihadistas sirios en el suroeste, no se sienten tentados a embarcarse en otra aventura. Las encuestas disponibles atestiguan con claridad que los turcos se oponen a una aventura militar contra Damasco.
Obviamente, los nacionalistas kurdos, están siguiendo su propio juego, soñando, gracias a la crisis, en conseguir un embrión de Estado independiente de facto, siguiendo las líneas del Kurdistán iraquí. Por ahora, el Ejército sirio sigue controlando la ciudad de Qamishli, la más grande de la región, situada en la frontera, en el extremo noreste del territorio sirio.
La colaboración especial en la lucha contra el ESL (y contra Turquía) entre Damasco y los grupos kurdos podría tener un precio político en el futuro. Pero esto es otra historia complicada de Oriente Medio, y un nuevo capítulo de la cuestión nacional kurda.