La Autoridad Nacional Palestina (ANP) consideró hoy "absolutamente inaceptable" la referencia del candidato republicano estadounidense Mitt Romney a Jerusalén como capital de Israel.
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) consideró hoy "absolutamente inaceptable" la referencia del candidato republicano estadounidense Mitt Romney a Jerusalén como capital de Israel.
Después de una reacción inicial el lunes del jefe negociador palestino, Saeb Erakat, el primer ministro de la ANP, Salam Fayyad, se sumó a las críticas a las declaraciones del pretendiente a la presidencia de Estados Unidos, hechas el domingo en la ciudad santa.
Fuentes del Ejecutivo en Ramalá señalaron que la postura de Romney lacera los esfuerzos para relanzar el proceso de negociaciones de paz entre palestinos e israelíes, estancado desde septiembre de 2010 por la intransigencia de Tel Aviv y el respaldo de Washington a su aliado.
Apuntaron que funcionarios palestinos habían guardado silencio respecto al paso por la región del político republicano, aún después de que apoyó abiertamente las posiciones israelíes y en un claro desaire evitó reunirse con el presidente de la ANP, Mahmud Abbas.
Romney habló el domingo ante israelíes de tendencia radical y, además de referirse a Jerusalén como capital de Israel, anunció que si gana la presidencia norteamericana movería la embajada de su país de Tel Aviv a la ciudad santa para cristianos, musulmanes y judíos.
Horas después, Erakat también valoró de "inaceptables" los comentarios del estadounidense, en tanto -dijo- "tales pronunciamientos y políticas empujarán a la región hacia los extremistas", además de que su posición contradice la postura, al menos oficial, de la Casa Blanca.
"A fin de cuentas, EEUU tiene intereses en esta región, posee embajadas en 57 países árabes y musulmanes, y no creo que sacrificarán todo por tales comentarios, son meros comentarios incómodos que fortalecerán a los extremistas en la región", indicó.
La suerte de Jerusalén es clave en el diálogo palestino-israelí, y el primer ministro derechista Benjamín Netanyahu descartó ceder la parte oriental de la ciudad ocupada en 1967 para que los palestinos establezcan allí la capital de su futuro Estado independiente.