Varios miles de personas, cristianos y musulmanes, y líderes de todas las religiones se reunieron la tarde del lunes en los suburbios del sur de Beirut acudiendo al llamamiento de Hezbolá para denunciar la película difamatoria.
Varios miles de personas, hombres, mujeres, niños y hombres, incluso discapacitados, cristianos y musulmanes, y líderes de todas las religiones se reunieron la tarde del lunes en los suburbios del sur de Beirut acudiendo al llamamiento de Hezbolá para denunciar la película difamatoria que ya ha provocado ya airadas protestas en todo el mundo musulmán.
“EEUU, gran Satán; Israel, enemigo de los musulmanes”, gritaban miles de hombres, mujeres y niños en las calles de Rueiss, un barrio del suburbio del sur de Beirut.
El domingo, el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, llamó a sus partidarios a “mostrar al mundo su ira” contra la difusión de la película “La inocencia de los musulmanes”, que denigra al Islam y los musulmanes y fue hecha en EEUU.
“EEUU, atención, no toques nuestra religión”, gritaban los manifestantes, muchos de los cuales llevaban las banderas amarillas de Hezbolá y las de Amal, otra formación libanesa shií.
En el plano político, el primer ministro, Nayib Mikati, dijo que la película que ofende al Profeta Muhammad era un nuevo intento israelí de atentar contra las creencias religiosas.
Mikati hizo hincapié en la necesidad de una acción rápida por parte de la comunidad internacional que refleje la unanimidad del rechazo unánime de la película y sirva para abortar los proyectos sospechosos de aquellos que fueron responsables de su producción y su distribución.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Adnan Mansur, se ha puesto en contacto, en su calidad de presidente del Consejo de Ministros de la Liga Árabe, con el secretario general de la Liga, Nabil Arabi, para pedirle que convoque a una sesión extraordinaria de ministros de Relaciones Exteriores árabes en la sede de la Liga en El Cairo para discutir el caso de la película estadounidense.
“La película es un ataque flagrante contra el Noble Profeta y la fe, creencia y sentimientos de más de 1.500 millones de musulmanes de todo el mundo”, dijo Mansur, que añadió que “esta hostilidad contra el Islam y el Noble Profeta (P) ha sido llevada a un límite extremo y ha tomado un giro peligroso. Hay que hacer frente a la misma con resoluciones decisivas que pongan freno a cualquier persona que insulte a las religiones, especialmente el Islam, que se ha convertido en el blanco de una campaña premeditada e intencional, planificada y odiosa”.