En la actualidad, se está dando el caso de una emigración israelí a Marruecos. Pero esto no significa que los judíos que viajan a ese país hayan renunciado a su adhesión a Israel o al proyecto sionista.
En la actualidad, se está dando el caso de una emigración israelí a Marruecos. Pero esto no significa que los judíos que viajan a ese país hayan renunciado a su adhesión a Israel o al proyecto sionista. Tampoco se trata de una emigración inocente. Los emigrantes que han regresado al país árabe son delincuentes peligrosos buscados por la policía a nivel internacional.
Los medios israelíes hablan ejemplo de “la colonia de criminales israelíes en Casablanca” o la “emigración express a Marrakesh”.
Una investigación periodística publicada en la revista económica Globes ha subrayado que Marruecos se ha convertido en un país de asilo de los delincuentes ricos de Israel que buscan un lugar para invertir sus activos.
El israelí Shalom Domrani, uno de los delincuentes más buscados, reside en Ouxda, la ciudad situada en la frontera con Argelia, en el este de Marruecos. Él lleva a cabo sus negocios desde esta ciudad, a saber, la exportación de fertilizantes hacia Europa, un comercio altamente rentable.
Para comercializar su abono, Domrani ha contratado a un grupo de expertos agrícolas de Israel y a un grupo de prominentes hombres de negocios. Domrani tenía la costumbre de visitar Marruecos, y recientemente se fue a vivir allí con su familia.
De acuerdo a Globes, diez peligrosos israelíes conocidos por su pertenencia a la mafia y el crimen organizado han emigrado a Marruecos. La mayoría de ellos tienen la nacionalidad marroquí, mientras que el resto trabaja para conseguirla. Estos diez delincuentes forman el centro de un grupo de decenas de individuos que han creado en Casablanca “la colonia israelí de los criminales.”
La misma fuente indica que la mayoría de los criminales israelíes en Marruecos desempeñan trabajos legales en las áreas de infraestructura, la agricultura, el transporte y los textiles.
Domrani mantiene lazos de amistad con Shimon ben Hammo, un delincuente que pasó muchos años en la cárcel antes de convertirse en un gran comerciante de legumbres y dueño de un restaurante. En la última década, ha vivido en Marruecos y ha trabajado en colaboración con Domrani en la importación, entre otras, de bebidas alcohólicas.
Antes de su muerte hace dos años, Ben Hammo mantuvo fuertes lazos con algunos miembros de la familia real marroquí y participó en fiestas de la corte.
Y la lista de nombres de criminales israelíes está lejos de haber terminado. Podemos incluir en ella a Gabi Ben Harosh (responsable de una empresa de blanqueo de dinero), Avi Ruhane (líder de una organización criminal y dueño de una empresa de alquiler de vehículos) y los hermanos Karraja de Ramla.
Expertos israelíes señalan que los delincuentes israelíes emigran a Marruecos porque encuentran allí un refugio seguro, por un lado, y una puerta hacia Europa, por el otro. Todos los mencionados anteriormente son traficantes de drogas y buscan exportar sus productos a Europa.
El diario israelí Haaretz citó a un empresario israelí que trabaja en Marruecos. “El régimen es débil ahora, El que tiene dinero puede hacer lo que quiera. Puede falsificar medicamentos, alimentos, textiles... Los israelíes están probando suerte en este país”, señaló.