El Ejército sirio afirmó el miércoles 26 de septiembre haber limpiado el distrito de Yeidat (centro-oeste) de Alepo. En este último, un grupo insurgente ha incendiado los inmuebles para cubrir su huida.
El Ejército sirio afirmó el miércoles 26 de septiembre haber limpiado el distrito de Yeidat (centro-oeste) de Alepo. En este último, un grupo insurgente ha incendiado los inmuebles para cubrir su huida. El Ejército ha continuado también la limpieza de Al Arqub, un barrio industrial del Este de Alepo, donde los soldados han confiscado un depósito de armas y municiones y un hospital de campaña del Ejército Sirio Libre (ESL). Al Arqub es considerado ya por los militares como una “zona segura”.
El lunes tuvieron lugar otros enfrentamientos en los barrios de Bustan al Bacha (al norte), Bab el Hadid (al este de la Ciudad Vieja), al Isharat y Sujari. Este último barrio podría ser, junto con el de Bustan al Qasr, el último reducto de los rebeldes en el suroeste de Alepo, dado que los barrios de Salahuddin y Saif al Daula han sido ya limpiados hace tiempo y el de Fardus, que está al lado del de Sujari, ha pasado al control del Ejército en los pasados días.
Además, las operaciones contra los convoyes y posiciones del ESL en los alrededores de la ciudad prosiguen con medios terrestres y aéreos. Son muchos los vehículos dotados de ametralladoras que han sido destruidos en estos ataques: 20 de ellos lo habrían sido el lunes en la ruta Alepo/Al Bab, al norte de la ciudad. Y otro en Dar al Ayazeh, donde murieron 10 rebeldes. Entre las localidades de Oram al Kubra y Oram al Sugra (sector donde se encuentra un aeródromo militar) siete vehículos del ESL habrían sido destruidos y decenas de activistas habrían fallecido.
En este sentido, Alepo se está convirtiendo en una especie de Stalingrado para los rebeldes, encerrados en su territorio (cada vez más reducido) y cuyas columnas de socorro son inevitablemente detenidas y diezmadas.