Las redes sociales existentes en Internet ya no son plataformas dignas de confianza para organizar levantamientos populares, porque las grandes corporaciones están comenzado a adquirirlas.
Las redes sociales existentes en Internet ya no son plataformas dignas de confianza para organizar levantamientos populares, porque las grandes corporaciones están comenzado a adquirirlas, señala un analista político.
“Ya no se puede confiar en Facebook o Twitter... porque estas vías y armas han comenzado ya a ser corrompidas por Goldman Sachs y JP Morgan,” dijo David De Graw de AmpedStatus.com a Press TV.
Goldman Sachs y JP Morgan son dos corporaciones gigantes, notorias por su historial de corrupción en el mundo.
Grandes cárteles corruptos están comenzando a apropiarse de tales redes en Internet para neutralizar sus “sorprendentes” efectos a la hora de organizar protestas en todo el mundo, señaló.
“Goldman Sachs ha suscrito un acuerdo con Facebook para ser su principal accionista y JP Morgan está actuando para convertirse en un gran accionista de Twitter,” dijo DeGraw.
Los levantamientos populares contra los regímenes dictatoriales son, de hecho, levantamientos contra el actual sistema económico, en el que el FMI proporciona a tales corporaciones corruptas carta blanca para actuar sobre los regímenes y economías de esos países, añadió.
De Graw indicó que “necesitamos plataformas que no puedan ser adquiridas ni corrompidas por Goldman Sachs y JP Morgan como Facebook y Twitter lo están siendo ahora.”
En los pasados dos meses, las revueltas antigubernamentales han estado creciendo en el mundo árabe. Los levantamientos populares han sido organizados en su mayoría a través de las redes de Internet.
El pasado mes en Túnez, la indignación en contra de las políticas represivas del gobierno tunecino provocaron una revolución masiva que puso fin a los 23 años de gobierno despótico del presidente Zin El Abidin Ben Ali y le obligó a huir a Arabia Saudí.
El 11 de febrero tuvo lugar una revolución en Egipto, que dio comienzo el 25 de enero con manifestaciones que implicaron a millones de egipcios, y pusieron fin a tres décadas de gobierno del dictador Hosni Mubarak, respaldado por EEUU.
Otros levantamientos antigubernamentales tuvieron lugar en países como Libia, Bahrein, Yemen, Arabia Saudí, Omán, Argelia y Jordania. Se espera que otras naciones árabes experimenten revueltas similares en un futuro.