El camarógrafo del canal sirio de televisión Al-Ikhbariya, Mohamad al-Ashram, fue asesinado este miércoles, tras recibir varios impactos de balas.
El camarógrafo del canal sirio de televisión Al-Ikhbariya, Mohamad al-Ashram, fue asesinado este miércoles, tras recibir varios impactos de balas, mientras daba cobertura a un tiroteo perpetrado por grupos armados terroristas en la provincia de Deir al-Zur (este), se gún reportó la agencia SANA.
El canal oficial sirio reseñó que Al-Ashram estaba grabando los enfrentamientos entre las fuerzas sirias y los insurgentes cuando fue alcanzado por dos balas, una de las cuales le provocó una herida mortal en el tórax.
Ésta no es la primera vez que esta cadena televisiva es blanco de los armados irregulares, pues el pasado 27 de junio, un grupo terrorista atacó la oficina del canal, ubicado en las afueras de Damasco, y terminó matando a tres periodistas y cuatro encargados de seguridad, además de llevarse parte de los equipos y destruir parte de las instalaciones.
Igualmente, se trata del octavo trabajador de los medios de comunicación que es asesinado en Siria, desde el inicio del conflicto armado en este país árabe, a mediados de marzo del 2011.
El caso más reciente había ocurrido el pasado 26 de septiembre, cuando el corresponsal de la cadena iraní en lengua inglesa PressTV, Maya Naser, perdió la vida tras recibir un disparo -proveniente de un francotirador- mientras realizaba una reporte en vivo sobre los últimos acontecimientos en la capital siria.
En el mes de agosto, Musab al Oda Alah (sirio), periodista del periódico oficial Techrine, fue baleado en su domicilio, en Damasco, durante un allanamiento. También la japonesa Mika Yamamoto murió en un tiroteo cuando daba cobertura a los combates en Alepo (norte) para una pequeña agencia nipona, Japan Press.
A inicios de dicho mes, fue ejecutado el presentador de la televisión estatal Mohamad al Said (sirio), quien había sido previamente secuestrado a mediados de julio en su casa de Damasco.
El Gobierno sirio denuncia que los terroristas son apoyados financiera y militarmente por Occidente y otros países regionales como Arabia Saudí, Catar y Turquía, agudizando cada vez más el conflicto y emprendiendo ataques contra las fuerzas y funcionarios gubernamentales y civiles.