Un alto responsable de inteligencia israelí ha establecido una sala de operaciones en el norte de Iraq para instigar protestas antigubernamentales en Siria en un esfuerzo para desestabilzar el país.
Un alto responsable de inteligencia israelí ha establecido una sala de operaciones en el norte de Iraq para instigar protestas antigubernamentales en Siria en un esfuerzo para desestabilzar el país.
La sala de operaciones, equipada con tecnología de vigilancia sofisticada, permite a Tel Aviv interceptar llamadas telefónicas e incluso intervenir las redes de telecomunicaciones sirias.
Este proyecto de espionaje estaba dirigido a destabilizar Siria y crear divisiones entre los sirios.
El informe se produce poco después de que un gran número de sirios recibiera mensajes de texto en los últimos días convocándoles a participar en protestas antigubernamentales dirigidas a derrocar al presidente Bashar al Assad.
Los servicios de inteligencia sirios descubrieron que los mensajes habían sido enviados por una unidad de inteligencia del Ejército israelí estacionada en el distrito de Tel Hashomer, en Gush Dan, en el centro de Israel.
En diciembre, un número de espías israelíes fueron identificados en Siria y Líbano tras las confesiones de un ciudadano egipcio sospechoso de espiar para Israel.
Un empresario egipcio de 37 años, Tariq Abdul Razzak, confesó en diciembre del pasado año que durante los tres meses anteriores él había realizado varias visitas a la capital siria, Damasco, con un pasaporte falso bajo la cobertura de viajes de negocios.
Él añadió que había entregado sumas de dinero a un sirio que tenía un “puesto sensible” en los servicios de seguridad.
Abdul Razzak entregó a los investigadores copias de los informes que el responsable de seguridad sirio había proporcionado al Mossad.