Arabia Saudí ha hecho grandes cambios en su aparato de seguridad para evitar una revolución popular en el país árabe.
Arabia Saudí ha hecho grandes cambios en su aparato de seguridad para evitar una revolución popular en el país árabe.
Riad ha añadido nuevos efectivos a la estructura de mando de sus fuerzas de seguridad, en particular en el Ministerio del Interior, y expulsado a 10.000 soldados, originarios en su mayoría de las zonas del Este y Sur, del Ejército por razones desconocidas. Sin embargo, no cabe olvidar que es en estas zonas donde se están dando las mayores protestas contra el régimen de la familia Al Saúd.
Las autoridades saudíes están preocupadas por la posibilidad de que la corrupción, la represión de las protestas pacíficas contra el régimen y la indignación provocada por el gran número de detenciones de activistas pueden llevar a una revolución popular en el país.
Algunos expertos políticos afirman que estas acciones, adoptadas por el régimen saudí y supervisadas por EEUU, indican que un golpe suave podría estar perfilándose con el fin de derrocar al rey.
Ellos creen también que estos esfuerzos van dirigidos a la prevención de una posible revolución en la Provincia del Este, donde se hallan las mayores reservas de petróleo del país y que ha sido el epicentro de las protestas desde hace más de un año.