Si en Siria se inician problemas, se generaría una reacción en cadena que afectará a todos los países, desde el Atlántico hasta el Pacífico y al mundo entero, afirmó el presidente de Siria, Al Assad.
El presidente de Siria, Bashar Al Assad, concedió una entrevista exclusiva al canal Russia Today (RT) donde conversó sobre el desarrollo de la situación del país árabe, en el que el Gobierno de ese país se ha enfrentado al levantamiento de grupos armados durante casi dos años.
Aseguró que una serie de eventos incontrolables en el país pudiera repercutir en más naciones del Oriente Medio y el resto del mundo. “Si en Siria se inician problemas, se generaría una reacción en cadena que afectará a todos los países, desde el Atlántico hasta el Pacífico y al mundo entero”, afirmó Al Assad.
“Creo que el precio de una intervención, si llegase a suceder, sería inaccesible para el mundo. Siria es el último bastión del laicismo, la estabilidad y la convivencia pacífica en la región”, aseguró el jefe de Estado sirio.
Aseguró que no cree que los países que se oponen a su mandato y que han apoyado con financiamiento a los grupos armados del país busquen el enfrentamiento internacional. “No creo que Occidente elegirá este camino. Sin embargo, si esto llegara a ocurrir, nadie puede predecir lo que sucedería a continuación”.
El presidente sirio también se refirió sobre su futuro y dejó claro que no piensa abandonar su país. “No soy un títere de Occidente para irme al oeste o a algún otro lugar. Yo soy sirio, nací y me creí en Siria, por lo que debo vivir y morir en Siria”, dijo el presidente Al Assad.
Desde marzo de 2011, Siria es escenario de disturbios y atentados terroristas que han cobrado la vida de al menos 25 mil personas, según cifras de las Naciones Unidas (ONU).
El Gobierno de Al Assad ha aclarado que por las acciones de violencia, por parte de grupos armados contra la población civil y militar, es que sigue la ofensiva contra los terroristas en las diferentes partes del país.
El Gobierno sirio ha entregado a la ONU pruebas de cómo naciones occidentales -Estados Unidos, Francia e Inglaterra -junto a países árabes -Turquía, Arabia Saudita y Qatar- financian a los grupos armados, para promover la desestabilización y el caos en Siria y obligar a una intervención internacional que ha sido bloqueada desde el Consejo de Seguridad de la ONU por Rusia y China.
Asimismo, Al Assad ha enfatizado que la ola de violencia generada por los armados obstaculiza cualquier solución pacífica al conflicto en la nación árabe, propuesta por la comisión de paz de la ONU y la Liga Árabe.