Éste fue el lema emblemático de la revuelta que expulsó del poder al dictador Hosni Mubarak en febrero de 2011. Ahora, ha vuelto a resonar en la Plaza de Tahrir.
“Libertad”. “Nuevo faraón”
Éste fue el lema emblemático de la revuelta que expulsó del poder al dictador Hosni Mubarak en febrero de 2011. Ahora, ha vuelto a resonar en la Plaza de Tahrir.
Opositores al presidente Mohamed Mursi se reunieron el martes, por quinto día consecutivo, en la emblemática plaza de El Cairo y otras ciudades del país, convocados por los partidos liberales y de izquierda. Los manifestantes pidieron la derogación de un decreto del 22 de noviembre que amplía los poderes del presidente y del que afirmaron podría sumir a Egipto “en una nueva era dictatorial”. Los manifestantes denunciaron igualmente al poderoso movimiento de los Hermanos Musulmanes al que pertenece el presidente. Se trató, en resumen, de la más grande movilización hostil al presidente islamista, desde su elección en junio.
Egipto está envuelto en una grave crisis constitucional y Mursi afirma que el decreto es necesario para poder hacer avanzar las reformas, que han sido obstaculizadas por un aparato judicial que proviene de la era Mubarak.
La situación en Egipto “está clara”, dijo el martes el Departamento de Estado de EEUU. Su portavoz pidió el fin del “estancamiento constitucional” en el país árabe, al tiempo que minimizó el riesgo de que Mohammed Mursi se estuviera convirtiendo en un “dictador”.
Tres muertes desde el comienzo de las protestas
Como cada día desde hacía casi una semana, esporádicos enfrentamientos tuvieron lugar cerca de la Plaza, en las cercanías de la Embajada de EEUU, entre los jóvenes y la policía, que respondió al lanzamiento de piedras con gases lacrimógenos. Según la Alianza Popular, un pequeño partido de izquierda, uno de sus activistas murió asfixiado, hecho éste que fue confirmado por una fuente médica. Ésta fue la tercera muerte causada por los disturbios en los últimos días.
En el delta del Nilo (Norte), en Mahalla, grupos de opositores atacaron, según un funcionario de los servicios de seguridad, la sede del Partido de la Libertad y Justicia (PLJ), al que pertenece Mohammed Mursi. El partido, vinculado a los Hermanos Musulmanes, ha afirmado que 80 de sus militantes han resultado heridos en agresiones. Los opositores han atacado también locales de los Hermanos Musulmanes en Mansura (Norte) y en Alejandría, la segunda ciudad del país.
Un polémico decreto
Después de una reunión con la jerarquía judicial el lunes, Mursi anunció que mantendría el polémico decreto por el que está autorizado a adoptar las medidas necesarias para “proteger la revolución”.
Este decreto impide cualquier desafío a las decisiones presidenciales al retirar al control judicial sobre las decisiones del presidente – en espera de la elección de una nueva Cámara Baja, lo cual no debería tener lugar antes de mediados de 2013. Su objetivo es impedir cualquier intento de disolución de la Asamblea Constituyente y la Cámara Alta del Parlamento, dominadas por los islamistas aliados de Mursi.
Mientras que la Asamblea Constituyente no haya terminado la redacción de la norma fundamental, no podrá ser elegido un nuevo Parlamento y los poderes legislativo y ejecutivo se concentran en las manos del presidente. Sin embargo, la Asamblea Constituyente ha sido boicoteada por muchos liberales y otros opositores, que dicen ser incapaces de hacer oír su voz. Un Tribunal Administrativo de El Cairo ha fijado la fecha del 4 de diciembre para la primera audiencia contra el recurso presidencial presentado por abogados y activistas.
Por su parte, Mursi ha dicho que el texto no ha sido diseñado para concentrar los poderes, sino para evitar una politización del poder judicial. Él destacó el carácter temporal del decreto, que será derogado cuando se apruebe la nueva Constitución y se elija al nuevo Parlamento.