Laure Rodríguez Quiroga. Investigadora del Euro-Mediterranean Univerty Institute, responsable del Departamento de Magreb y Oriente Próximo.
Laure Rodríguez Quiroga. Investigadora del Euro-Mediterranean Univerty Institute, responsable del Departamento de Magreb y Oriente Próximo. Fue galardonada por El País como una de las 100 personas más influyentes de Iberoamérica (2010).
1. ¿En que punto se encuentra la crisis económica española?
No puede negarse, que el nuevo orden mundial está caracterizado por una crisis del sistema capitalista neoliberal, algo que se ha visto claramente en el caso español. Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía advirtió que el sistema en el que vivimos está gravemente enfermo, al padecer una “hemorragia interna” difícil de sanar con las medidas que se están tomando.
De nada sirve buscar soluciones a la crisis económica y financiera si ellas se centran exclusivamente en esta perspectiva, sin comprender que hacemos frente a un problema que traspasa las fronteras del dinero. La crisis que se vive en España en particular y en el resto de Occidente en general es también es una crisis ética, una crisis moral y una crisis de valores.
Se afirma que existe una preocupación por la crisis económica, pero ¿cuál? ¿La crisis económica que afecta principalmente a los países occidentales, o la que afecta a más de 3.000 millones de personas que viven bajo la pobreza absoluta? Cada día mueren 70.000 personas víctimas del hambre ¿por qué no se reacciona ante esta realidad? Basta simplemente observar los alrededor de 50 conflictos armados a nivel mundial, mucho más cruentos que los de Afganistán, sin que se pueda llegar a comprender por qué no son portada de los periódicos ni protagonistas de los telediarios. En África, en los últimos 5 años, han muerto 5 millones de personas víctimas de las guerras ¿qué ocurre para que no se puedan parar los conflictos en el mundo? ¿Qué intereses mayores se esconden detrás de ellos?
Diversos autores ya apuntan a que Occidente va a la deriva como humanidad y como sociedad. En los últimos dos siglos, los países occidentales han desarrollado una capacidad científica y técnica insólita, consecuencia de la sabiduría y la capacidad del ser humano. Sin embargo, esta capacidad no ha beneficiado a la mayoría de los seres humanos, ni siquiera en los países occidentales. Si realmente el centro de toda la investigación y el desarrollo económico fuera el ser humano no se habría llegado a la situación actual que se vive en el planeta. Se han separado las convicciones, las creencias y los ideales del proceso económico.
2) ¿Cómo funciona el sistema capitalista neoliberal ante las mujeres?
El colectivo donde más se aprecian las garras agresivas del sistema capitalista neoliberal es ante su tratamiento con los grupos más desfavorecidos, especialmente las mujeres. El falso discurso de la igualdad y de la libertad de la mujer que existe en Occidente, encierra dramáticas situaciones de un discurso hegemónico brutalmente castigador con el género femenino.
La televisión, la gran pantalla y la publicidad diseñan un modelo de mujer deforme. Desde la más tierna infancia se reciben infinidad de mensajes que abducen y adoctrinan en la importancia a la apariencia más que al ser. Simone de Beauvoir, ya lo expresó con claridad: “las muchachas dejan de ser y comienzan a parecer”.
3) ¿Se ha producido una deslegitimación del sistema capitalista?
Desde hace 20 años se viene hablando de globalización, pero los objetivos del sistema capitalista neoliberal han centrado sus objetivos en globalizar un tipo de comercio, un tipo de economía o una circulación de bienes. Se han dejado las decisiones de la vida cotidiana en manos de la clase política y de grandes empresas.
Por eso, la sociedad civil ha empezado a implicarse en la lucha para cambiar las cosas. El ser humano tiene una inmensa capacidad de decisión, y sin embargo no se está ejerciendo, basta si no observar que más del 50% de los ciudadanos occidentales ya no votan porque han dejado de creer en el sistema.
A nivel mundial se ha ido viviendo una serie de manifestaciones que muestran el descontento con el sistema dominante. Este último ha provocado que millones de personas salgan y ocupen la calle para expresar su demanda de un cambio inmediato.
Uno de los lemas que más se han repetido en las manifestaciones en España ha sido “Lo llaman democracia y no lo es”. Con ello, se viene a denunciar la actuación de las instituciones y partidos políticos al margen de la sociedad y al servicio de los intereses de las grandes corporaciones económico-financieras, que dictan la mayoría de las reglas del juego.
4) ¿Qué opinas de los movimientos de protesta? ¿Pueden realmente cambiar el curso de los acontecimientos o influir en la política de manera efectiva?
Hace algo más de un año, surgía en el Estado español un movimiento de personas que se echaban a la calle proclamando una “democracia real ya”, ante la necesidad de diseñar un nuevo modelo de sociedad.
Los movimientos que se están viviendo en el Estado español están profundamente hermanados con los que se viven en Estados Unidos, México, Perú, Marruecos o Bahrein, por mencionar algunos de ellos. Cada cual desde sus características y funcionamiento, pero en definitiva movimientos ciudadanos de protesta.
El futuro de los movimientos, dependerán de factores varios, incluyendo la capacidad de éstos para hacer frente a los retos de la lucha que se presentan. Lo interesante es que la capacidad de trabajo, el uso estratégico de las redes sociales, el momento escogido así como las tácticas empleadas para convencer a la sociedad que sufre unas políticas y unos modelos injustos de la necesidad de movilizarse y luchar por los cambios.