La Administración Obama está examinando la mejor forma de mantener conversaciones con algunos adversarios como los talibanes y quizás Hezbolá a la luz de los cambios rápidos en el mundo islámico
En un artículo publicado en el Washington Post el 17 de Marzo, el columnista David Ignatius afirma que la Administración Obama está examinando la mejor forma de mantener conversaciones con algunos adversarios como los talibanes y quizás Hezbolá a la luz de los cambios rápidos que tienen lugar en el mundo islámico.
Para Ignatius, la Administración estadounidense debe inspirarse en el proceso británico de diálogo con el Sinn Fein, la rama política del Ejército Republicano Irlandés (IRA), que tuvo lugar en los años noventa.
Según él, la cuestión de Hezbola continúa cerrada en términos del debate político en EEUU. Sin embargo, recibe una gran atención de parte de la Casa Blanca en las últimas semanas debido a un nuevo informe del National Intelligence Estimate (NIE, documento de evaluación que describe las informaciones en poder de las agencias de inteligencia de EEUU) sobre Hezbolá.
Los responsables que han leído las versiones provisionales del análisis explican que este último aborda la cuestión de Hezbola en su más amplio contexto, en tanto que fuerza política y social de Líbano, además de una rama militar que ha sido calificada por EEUU de “organización terrorista extranjera”.
Al igual que la mayoría de las NIEs, ésta contiene una muestra diferenciada de puntos de vista. Sin embargo, cabe destacar que varios de ellos apuntan al creciente papel de Hezbola en Líbano y Oriente Medio, incluyendo su representación y presencia en el gobierno libanés.
Para Ignatius, la cuestión que plantea la NIE es la de saber si EEUU debe buscar un diálogo, directo o indirecto, con Hezbolá, al menos con su rama política.
Los responsables que se muestran a favor de este paso sostienen que esta organización es como el IRA o la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), que está dotada de un componente no militar susceptible de ser integrado en un diálogo.
Ignatius cita, por otro lado, extractos sobre Hezbolá pronunciados por John Brennan, consejero de la Casa Blanca para actividades antiterroristas.
Él recuerda que en mayo de 2010, Brennan presentó a Hezbolá como “una organización muy interesante” y declaró que EEUU deberían “reforzar dentro de ella a los elementos más moderados”.
Durante una conferencia en agosto de 2009, Brennan estimó que “Hezbolá comenzó como una “organización puramente terrorista” a principios de los años ochenta y evolucionó significativamente con el paso del tiempo” para disponer de miembros en el Parlamento y el gobierno de Líbano.
Ignatius añade que los responsables consideran que la cuestión de Hezbolá es, por el momento, objeto de análisis de los especialistas de los servicios de información, pero no para los planificadores políticos de EEUU.
La Casa Blanca ha admitido tener dificultades con la actual situación referente a Israel, Arabia Saudí y otros países.
“Lo importante es que, después de décadas de guerras estadounidenses en Oriente Medio, la Administración Obama busca cada vez más abrir vías de diálogo con los adversarios e intenta atraerlos a un proceso de diálogo. El mundo cambia y la política de EEUU debería cambiar también,” concluyó el articulista del Washington Post.