América Latina es un lugar donde Siria dispone de muchos y buenos amigos, como ha quedado claro durante la reciente visita al continente del viceministro de Exteriores sirio, Faisal al Mokdad.

América Latina es un lugar donde Siria dispone de muchos y buenos amigos, como ha quedado claro durante la reciente visita al continente del viceministro de Exteriores sirio, Faisal al Mokdad.

Durante su gira por Ecuador, Venezuela, Cuba y Nicaragua, Al Mokdad recibió el apoyo a la lucha de su gobierno contra los terroristas respaldados por algunos países occidentales y árabes. Al Mokdad entregó a las autoridades venezolanas un mensaje personal del presidente sirio, Bashar al Assad, para su homólogo venezolano, Hugo Chávez.

Venezuela ha enviado en los últimos meses tres buques con petróleo y gasolina diesel a Siria, lo que supone un elemento importante de apoyo a la industria y el ejército de este país.

En octubre de 2011, los ministros venezolano y cubano de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro y Bruno Rodríguez respectivamente, mostraron el apoyo de sus países y del ALBA al Presidente Bashar al Assad y rechazaron todas las formas de injerencia extranjera en el país.

“El Consejo Político de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) se reunirá el domingo 9 de octubre con el presidente de Siria, Bashar al-Assad, para contrarrestar los intentos de invasión y desestabilización política en contra de este país llevados a cabo por EEUU y sus aliados”, dijo Maduro durante aquel viaje.

“Rechazamos todas las formas de intervención que el Imperio pretende poner en práctica en contra de Siria, a semejanza de lo que hizo en Libia, donde impuso un cambio de régimen a través de la violencia”, dijo el ministro en Ginebra, donde hizo escala en su camino a Damasco.

Los miembros del ALBA son Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, las islas de Antigua y Barbados, Dominica y San Vicente y las Granadinas.

Injerencia estadounidense

Varios de los países latinoamericanos han sufrido la injerencia estadounidense e incluso una guerra sucia similar a la que sufre Siria en la actualidad. En la década de 1980, Nicaragua tuvo que hacer frente a una guerra lanzada por los contras, apoyados por la Administración estadounidense, que buscaban el derrocamiento del régimen sandinista. Chávez tuvo igualmente que soportar en 2004 un intento de golpe de estado dirigido a su derrocamiento, que estuvo bendecido por Washington. Cuba sufrió también un intento de invasión en Bahía Cochinos en 1961, un bloqueo que continúa hasta hoy y varios actos terroristas llevados a cabo por mercenarios al servicio de EEUU.

Los países latinoamericanos del ALBA han dado en numerosas ocasiones muestras de su independencia política. Así por ejemplo, Venezuela y Nicaragua han reconocido las repúblicas pro-rusas de Abjazia y Osetia del Sur, desgajadas de Georgia desde el fin de la Unión Soviética. Los países del ALBA han apoyado también la postura de Rusia, China e Irán sobre Siria.

Apoyo popular

El apoyo a Siria no proviene sólo de estados sino también de organizaciones y ciudadanos latinoamericanos, especialmente de los miembros de la comunidad siria residentes en América Latina. Los miembros de la comunidad siria en Venezuela, por ejemplo, han expresado su apoyo al proceso de reformas integrales en Siria reafirmando, a su vez, su oposición a la intervención externa en los asuntos internos de Siria.

Los miembros de dicha comunidad, parlamentarios, líderes sociales y juveniles venezolanos y representantes de la comunidad palestina han llevado a cabo manifestaciones ante la Embajada siria en Caracas para expresar su apoyo al país árabe y su repudio a la conspiración externa que sufre el país árabe.

En una de ellas, que tuvo lugar el 6 de marzo pasado, el diputado Dario Vivas, primer vicepresidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, confirmó que la solidaridad con la lucha del pueblo sirio es un deber, y agregó que su país está dispuesto a ayudar a Siria a hacer frente al complot hostil.

Por su parte, el presidente del Grupo de Amistad Parlamentario Venezuela-Siria, el diputado Yul Jabour, afirmó su solidaridad con Siria, su pueblo y su gobierno, frente a los complots destinados a sembrar la discordia en la región y apoderarse de sus riquezas. Jabour subrayó que el enemigo de Siria y Venezuela es el mismo: el imperialismo estadounidense.

A su vez, el presidente de la Federación de Entidades Venezolano-Árabes (Fearab), el diputado Adel Zabayar, mostró su agradecimiento al pueblo venezolano, bajo el liderazgo del presidente Hugo Chávez, y a los países amigos del mundo por su apoyo a Siria y reafirmó la solidaridad de Fearab con este país frente a los intentos externos de llevar a cabo una injerencia en sus asuntos internos.

Asimismo, los miembros de los clubes árabes sirios, procedentes de todos los estados y ciudades de Venezuela, y los representantes de los estudiantes venezolanos en las diferentes universidades reiteraron su solidaridad con el pueblo sirio en su enfrentamiento con el terrorismo y las injerencias externas.

En Argentina, numerosos colectivos han manifestado su rechazo a toda injerencia y presión externa y su apoyo a la plena independencia de Siria.

El presidente del Club sirio-libanés Eduardo Masad, el Obispo de la Iglesia Ortodoxa Saluan Mousa, y el Decano de los Cónsules Honorarios sirios en Argentina George Abdel Malek manifestaron en sus palabras su respaldo a Siria y el rechazo a la campaña lanzada contra ese país por sus enemigos.

El domingo 18 de Marzo tuvo lugar una concentración junto al Obelisco de Buenos Aires a favor de Siria y en contra de la intervención extranjera y el terrorismo en el país árabe. Miembros de la comunidad sirio-libanesa en Argentina participaron en la misma. Uno de los organizadores de la protesta fue el Sheij Mohsen Ali, un conocido líder religioso argentino y activista en defensa de Siria.

La comunidad siria en Chile ha expresado también en un reciente comunicado su rechazo categórico a todos los intentos dirigidos a “socavar a Siria, el corazón de la nación árabe”. Dicha comunidad pidió a los países árabes que han aprobado medidas contra Siria a través de la Liga Árabe que renuncien a su dependencia de los países neocolonialistas.