El Parlamento de Yemen aprobó la instauración del estado de emergencia, una decisión que fue rechazada inmediatamente por la oposición, que continúa pidiendo la inmediata partida del presidente Saleh.
El Parlamento de Yemen aprobó el miércoles la instauración del estado de emergencia en el país, una decisión que fue rechazada inmediatamente por la oposición, que continúa pidiendo la inmediata partida del presidente Ali Abdula Saleh.
Un diputado del partido Al Islah, Abdel Razaq al Heyri, calificó de “falsificación descarada” el voto afirmativo, dado que el quórum no había sido alcanzado; sólo 133 diputados sobre 301 asistieron a la sesión, según él.
El jefe del grupo parlamentario del Partido Socialista Yemení (oposición), Aidaus al Naqib, manifestó a AFP que “el poder no podrá aplicar la ley de emergencia, puesto que haría falta para eso matar a diez millones de yemeníes”.
En ausencia de una ley que detalle el estado de urgencia en el país, no sería posible saber en un plazo inmediato si esta medida significaría la prohibición de las manifestaciones y de las sentadas observadas por los manifestantes desde el 21 de febrero en la Universidad de Sanaa.
Saleh, cada vez más aislado y luchando por su supervivencia política, ha puesto en guardia en contra del riesgo de una guerra civil en el país.
El presidente yemení ha oficializado su oferta de dimisión hecha el martes con una pequeña variante. Él ha propuesto abandonar el poder a finales de 2011 en lugar de a principios de 2012, en medio de un proceso que haría pasar a Yemen de un sistema presidencial a otro parlamentario.
“Existen elucubraciones y el presidente no tiene más opción que partir,” señaló el portavoz de la oposición, Mohammad Gatani. “La sangre derramada y la mobilización del pueblo no dejan otra elección”.
Los jóvenes manifestantes han rechazado igualmente una oferta de diálogo del presidente y continúan manifestándose en la Universidad de Sanaa.
El viernes, la oposición decidió convocar una “jornada para la salida del poder de Ali Abdala Saleh” y realizar una marcha hacia el Palacio Presidencial el viernes siguiente si él continúa aferrándose al poder.