Los esfuerzos realizados recientemente por Israel para empujar a los países europeos a incluir a Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas han fracasado.
Los esfuerzos realizados recientemente por Israel para empujar a los países europeos a incluir a Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas han fracasado.
Este fracaso es debido, sobre todo, a la postura de Francia, que se opone a esta iniciativa.
La objeción francesa se ha venido a agregar a la decisión del gobierno búlgaro de posponer la publicación de los resultados de la investigación sobre la explosión que afectó a un autobús de turistas israelíes en Burgas, Bulgaria, en julio.
Esta decisión estuvo motivada por el hecho de que la investigación no fue capaz de hallar ninguna evidencia que pudiera implicar a Hezbolá en esa operación, tal y como deseaba hacer el gobierno israelí.
Fuentes bien informadas señalan que Israel ha hecho esfuerzos especiales en las últimas semanas para alentar a los europeos a colocar a Hezbolá en la lista negra, mencionando también la crisis en Siria y la posibilidad de debilitar a Hezbolá en el Líbano.
Mientras que EEUU, Canadá y el Reino Unido apoyan la petición de Israel, Francia se ha opuesto enérgicamente. En ausencia de unanimidad, la Unión Europea es incapaz de una decisión en este sentido.
París está realmente preocupado porque “cualquier decisión en contra de Hezbolá podría desestabilizar un país ya bastante debilitado y, sobre todo, dañar los intereses de los actores moderados en el escenario libanés”, añaden las mismas fuentes.
Francia ha ido más allá promoviendo un diálogo con Hezbolá, porque es “un importante movimiento político” que tiene una gran influencia en el seno de muchas instituciones estatales libanesas.