El diario Al Ajbar publicó el martes nuevos documentos en los que se muestra que Arabia Saudí condenó a Hezbolá y le imputó la responsabilidad de la guerra de Julio de 2006.

El sitio Wikileaks continúa publicando documentos secretos que revelan los detalles de los encuentros entre responsables libaneses y árabes y diplomáticos estadounidenses. El diario Al Ajbar publicó el martes nuevos documentos en los que se muestra que Arabia Saudí condenó a Hezbolá y le imputó la responsabilidad de la guerra de Julio de 2006.

El 30 de julio de 2006, el ministro saudí de Exteriores, Saud al Faisal, convocó tarde en la noche al embajador estadounidense en Riad, pidiéndole que su país pidiera un cese el fuego entre Israel y Líbano.

Faisal quería que Hezbolá anunciara abiertamente su rechazo a un cese el fuego. “En ese caso, todo el mundo comprenderá la realidad de Hezbolá, que es un partido fuera de la ley. Sin embargo, vosotros habéis convertido a Hezbola en un héroe. Es él quien dice a los libaneses que resistan todavía otras dos semanas más para lograr la victoria total”.

Según el responsable saudí, citado en el documento, “lo que pasa ahora refuerza a Hezbola en lugar de debilitarlo”, refiriéndose así a las estimaciones sobre las pérdidas que le atribuían los servicios de información y otras fuentes.

Para él, “la política adoptada no sirve en ningún caso a los intereses norteamericanos. Ciertamente, no avanza nuestro objetivo común de hacer frente a la amenaza iraní en Iraq. Temo que confiéis en consejeros que tienen sus intereses propios y sus propios cálculos en lugar de consultar a vuestros fieles amigos, que no tienen ningún interés en este conflicto, si no es nuestra inquietud por la suerte de este pequeño país que es Líbano.”

Preguntado por el embajador acerca de posibles medidas a tomar, el ministro saudí propuso colocar las Granjas de Shebaa bajo el mandato de Naciones Unidas, una medida que podría llevar al desarme de Hezbolá, ya que se trata de la última parte de territorio libanés ocupado por Israel.

El 15 de agosto de 2006, Saud al Faisal afirmó que los libaneses, sobre todo los shiíes, estaban irritados por la amplitud de las destrucciones causadas y afirmó que la promesa de Sayyed Hassan Nasrala de reconstruir el país se materializaría gracias únicamente al apoyo financiero iraní.