El Gobierno de Damasco criticó este miércoles el doble rasero de los principales miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU).

El Gobierno de Damasco criticó este miércoles el doble rasero de los principales miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU), denunciando que, por un lado, combaten a los grupos rebeldes en Mali, mientras, por el otro, amparan las actividades de organizaciones terroristas en suelo sirio

A través de un comunicado, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Emigrantes de Siria exigió de la ONU una “condena enérgica del reciente atentado perpetrado contra la Universidad de Alepo (norte)”, que terminó causando 82 muertos, 160 heridos y severos daños a la casa de altos estudios.

"Mientras algunos países, en particular occidentales, pretenden luchar contra el terrorismo en Malí -y nosotros apoyamos esta lucha donde sea-, al mismo tiempo, apoyan ese terrorismo y a los mismos grupos terroristas en Siria", reza el texto de la Cancillería.

En dos cartas idénticas -al Consejo de Seguridad y al Secretario General- de la ONU- Damasco detalló que las víctimas eran estudiantes que acudieron al primer día de exámenes, “preparándose para participar en el desarrollo y construcción de su país”.

La acción terrorista fue reivindicada por el Frente Al Nusra, brazo armado de la red Al-Qaeda en territorio sirio. Siria denuncia el mutismo del máximo órgano de seguridad internacional ante los crímenes que cometen estas bandas terroristas contra su población y su Gobierno.

El documento también deplora que el Consejo, a través de su actuación de doble moral, “cierre los ojos al sufrimiento y pesar del pueblo sirio, y sus miles de víctimas civiles”, y a la destrucción de la infraestructura nacional, par parte de grupos armados irregulares.

La Cancillería expone, además, que el Consejo "ha fracasado, hasta la fecha, en condenar estos actos terroristas", ignorando en sus resoluciones la voluntad de la comunidad internacional que exige el cese de dichas matanzas.

La carta agrega que el ataque del martes no fue el primero lanzado contra los complejos civiles de estudio, pues, anteriormente, grupos terroristas habían realizado atentados contra dos mil 362 escuelas y centros educativos en todo el país, provocando la muerte de cientos de niños y maestros inocentes.

Asimismo, refiere que parte de los albergues aniquilados fueron asignados por el Gobierno para albergar a refugiados, quienes habían perdido sus hogares debido a continuos ataques de grupos armados en la segunda ciudad en importancia del país después de la capital.

Ante ello, la administración del presidente Bashar al-Assad advierte que “los Estados regionales y occidentales que patrocinan a las bandas armadas, no podrán disuadir al Gobierno sirio de proteger a sus ciudadanos, estudiantes y escuelas, y que Damasco no dará un paso atrás en su lucha contra el terrorismo”.