En la provincia de Idleb, la sensación de cólera contra la milicia se agrava día a día.
En la provincia de Idleb, la sensación de cólera contra la milicia se agrava día a día. Cabe señalar que esta región era al comienzo de la crisis un terreno fértil para la insurgencia dada su promiscuidad con Turquía. Sin embargo, los abusos y crímenes cometidos por las milicias han acabado con la simpatía de los residentes, que no ocultan ya su consternación. El peor de los grupos, según ellos, es “Los mártires del batallón de Idleb”, cuyos abusos han afectado a los simpatizantes de la insurgencia antes que a los otros.
“Bajamos a la calle para protestar contra el régimen y no para sustituirlo por otro que es peor que él,” señaló un residente. Dos años después de las protestas, los habitantes se han encontrado con que los insurgentes han creado “el poder de los príncipes de las calles”, dice una de esas personas que ha sido un acérrimo opositor, al amparo del anonimato. Y agregó: “Antes, por lo menos, nuestros padres sabían dónde encontrarnos, pero hoy por hoy, con el poder de la milicia, el que va a la cárcel desaparece, y los que salen, si lo hacen, es como si hubieran nacido de nuevo.”
Este habitante de Idleb también reprocha a las milicias por las penas de muerte dictadas arbitrariamente por los “tribunales revolucionarios”.
Entre otros abusos que menciona están la confiscación de viviendas y el robo de vehículos. Uno de los líderes de esta milicia, Abu Middy se ha incautado de varias casas para alquilarlas o hipotecarlas y ha hecho lo mismo con vehículos para revenderlos.
Otro líder de la milicia, conocido como Micho, que fue el brazo derecho de su comandante, muerto hace unos meses, robó los microscopios de un instituto de investigación para la reventa. “Hizo una fortuna a expensas de la revolución y luego se fue a Turquía, donde vive en medio del lujo”, señala el habitante.
El tercer protagonista de estos casos de corrupción se llama Abu Rasul y es natural de la ciudad de Idleb. Además de los ordenadores portátiles que ha robado y revendido, él se ha aprovechado de la apremiante necesidad de combustible durante la temporada de invierno que tienen los residentes para robar la gasolinera en la ciudad de Harem y vender la gasolina a precios exorbitantes.