El presidente sirio, Bashar al-Assad, acudió el jueves a una mezquita situada en un distrito del norte de Damasco para celebrar el cumpleaños del Profeta Muhammad con los fieles.
El presidente sirio, Bashar al-Assad, acudió el jueves a una mezquita situada en un distrito del norte de Damasco para celebrar el cumpleaños del Profeta Muhammad con los fieles.
El presidente fue mostrado en una transmisión en directo de rodillas en la mezquita de Al-Afram flanqueado por el Gran Mufti de Siria, Ahmad Hassun, la más alta autoridad religiosa sunní en el país, y el ministro del Patrimonio Religioso.
El ministro, Mohammed Abdel Settar, hizo un llamamiento al diálogo después de las oraciones, dirigiéndose a “todos los ciudadanos de este amado país: ya sean leales u opositores, seguidores de partidos o independientes, musulmanes o cristianos, hombres o mujeres.
“No desperdicien esta oportunidad tratando de dañar y destruir Siria, rompiendo la unidad de su nación y traicionando lo que les ha sido confiado. Vuelvan a la guía de su amado Profeta. El presidente ha abierto esta oportunidad. La hora de la salvación ha llegado y se abrirán las puertas del diálogo”.
Abdel Settar había llamado antes a que se realicen “un millón de oraciones” en las mezquitas el viernes para pedir por el restablecimiento de la seguridad en el país.
Después de la breve ceremonia en la Mezquita de Al-Afram, la multitud se reunió alrededor de Assad para ofrecerle saludos y expresar su apoyo al presidente.
La última vez que Assad apareció en público fue en un discurso ante partidarios suyos el 6 de enero, en el que rechazó los llamamientos para que abandone el poder, pidió diálogo con los miembros de la oposición que no estén vendidos a países extranjeros y ofreció un plan para poner fin a la guerra.