El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, aseguró en un comunicado circulado hoy que existen conspiraciones desestabilizadoras contra su país de servicios secretos de países regionales.
El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, aseguró en un comunicado circulado hoy que existen conspiraciones desestabilizadoras contra su país de servicios secretos de países regionales, que se abstuvo de identificar, y la red Al Qaida.
El complot consiste en avivar tensiones entre la mayoritaria comunidad musulmana shií y la minoría sunní, y es organizado, además, por remanentes del derrocado gobierno del ex presidente Saddam Hussein, acorde con el texto.
Al Maliki exigió a las autoridades de la provincia occidental de Al Anbar que intervengan contra los manifestantes que desde hace semanas protagonizan protestas.
El comunicado fue emitido tras violentos choques la víspera entre el Ejército y manifestantes en la ciudad occidental de Faluya en los cuales murieron cinco personas y 20 resultaron heridas, según recuentos oficiales.
Los manifestantes tienen bloqueadas las carreteras que comunican a Iraq con Siria y Jordania y demandan la caída del gabinete.
Las protestas escalaron en intensidad a fines de diciembre pasado, tras el arresto de varios guardaespaldas del ministro de Finanzas Refai al Issawi, nueve de los cuales fueron acusados de llevar a cabo atentados y ataques con obuses contra zonas en las cuales residen shiíes.
El año recién concluido ha sido considerado uno de los más mortíferos en Iraq, con más de 1.200 muertos y un número varias veces superior de heridos por explosiones de bombas y ataques armados en todos los puntos cardinales del país, iniciados tras la huida del país del vicepresidente Tareq al Hashemi, refugiado en Turquía.
Tribunales iraquíes han condenado en ausencia cinco veces a muerte a Hachemi y a su yerno; similares sentencias contra algunos de sus guardaespaldas han sido cumplidas.
La situación se complica por un embrión de conflicto territorial entre el Gobierno central y las autoridades autonómicas kurdas, que reclaman tres provincias aledañas a su zona de influencia en las cuales existen importantes yacimientos de petróleo.
