Una calma tensa se reinstaló de manera paulatina el sábado en El Cairo y en otras 12 ciudades egipcias, sacudidas horas atrás por protestas.
Una calma tensa se reinstaló de manera paulatina el sábado en El Cairo y en otras 12 ciudades egipcias, sacudidas horas atrás por protestas.
Nueve personas, ocho manifestantes y un policía, resultaron muertas durante los enfrentamientos entre policías y manifestantes en la ciudad egipcia de Suez el viernes, en el segundo aniversario de la revolución que llevó al derrocamiento del presidente Hosni Mubarak.
En la provincia de Ismailiya, vecina de Suez, manifestantes asaltaron la sede del gobernador, incendiando algunas estancias y saqueando los muebles y equipos, dijo AFP. Asimismo, otros manifestantes incendiaron la sede del Partido de la Justicia y la Libertad (PJL), vinculado a los Hermanos Musulmanes.
El gobierno egipcio señaló que 456 civiles y miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos durante las manifestaciones antigubernamentales en el país.
Miles de manifestantes, convocadas por el Frente de Salvación Nacional (FSN) se reunieron la céntrica Plaza Tahrir en esta capital. El FSN emitió esta madrugada un comunicado que en el que critica lo que describe como "monopolización del poder por los Hermanos Musulmanes (HM)" y reitera su demanda de que sea anulada la recién promulgada Constitución, que fue recientemente aprobada en referéndum.
Por su parte, Mursi pidió en un mensaje colocado en su cuenta de Twitter el viernes a los ciudadanos que “se adhieran a los valores de la revolución, expresen sus opiniones libremente y pacíficamente y renuncien a la violencia”. Al mismo tiempo, señaló que las autoridades perseguirían “a los culpables de la violencia del viernes y les llevarán ante la justicia”.
Por otro lado, el presidente egipcio ha sido duramente criticado por grupos de izquierda y jóvenes revolucionarios por pedir un préstamo de 4.800 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional. Ellos afirman que este préstamo hará a los egipcios más pobres.
La falta de estabilidad política viene a alimentar la ya fuerte crisis económica, que se manifiesta en la caída de las inversiones extranjeras y los ingresos procedentes del turismo. La libra egipcia ha alcanzado su nivel más bajo frente al dólar y el déficit presupuestario no da muestras de reducirse.
