Tariq Mitri ha estimado que las medidas adoptadas por las autoridades libias contra los libaneses sobrepasan las medidas preventivas y se asemejan a sanciones colectivas.
El antiguo ministro de Información libanés y actual representante del secretario general de las Naciones Unidas en Libia, Tariq Mitri, ha estimado que “las medidas adoptadas por las autoridades libias contra los libaneses sobrepasan las medidas preventivas y se asemejan a sanciones colectivas”.
Mitri dispone de informaciones sobre el rechazo de las autoridades libias a permitir a los empleados libaneses de las Naciones Unidas incorporarse a sus trabajos en Trípoli por razón de su pertenencia confesional, es decir, por ser musulmanes shiíes.
Tras la “revolución”, apoyada por Qatar y la OTAN, entre otros, los grupos salafistas y extremistas vinculados a Al Qaida han incrementado su poder e influencia en el país.
En base a las prédicas del mufti de Libia, Mohammad Gariani, que puso en guardia contra “el proselitismo shií”, el ministro del Interior libio ha ordenado medidas restrictivas contra los 18.000 libaneses que residen en ese país.
A menudo los libaneses son interrogados en el aeropuerto en una sala aislada. Los policías les preguntan si habitan en el Suburbio del Sur de Beirut, si tienen relaciones con Hezbolá o si han estado en Irán.
Algunos libaneses han visto como se les negaban un visado libio mientras que otros han sido expulsados a su llegada al aeropuerto de Trípoli.