Varios sirios religiosos e históricos han sido víctimas de ataques llevados a cabo por las milicias takfiris, las cuales han impuesto su ideología en las regiones que controlan.
Varios sirios religiosos e históricos han sido víctimas de ataques llevados a cabo por las milicias takfiris, las cuales han impuesto su ideología en las regiones que controlan, es decir los preceptos de la corriente wahabí.
El lunes fue el mausoleo de Sukaina, la hija del Imam Hussein, que está situado en la localidad de Darayya, al sudeste de Damasco, el que fue objeto de un ataque de los militantes.
Su portal fue destruido por un obús de mortero y sus dos alminares y su cúpula quedaron dañados. Según el sitio Syria Truth, el mausoleo habría resultado totalmente destruido si los ingenieros del Ejército sirio no hubieran intervenido en el momento oportuno para desactivar dos cargas explosivas adosadas a sus principales pilares y otros artefactos colocados en el camino que conduce al mausoleo.
El martes, los militantes se atrincheraron junto a los muros del mausoleo, mientras que sus alrededores se hallaban bajo el control de las fuerzas del gobierno. Pero, según las últimas informaciones, el Ejército ha logrado liberar la zona y asegurarla.
El wahabismo practica una lectura rigorista y particular de la religión que prohíbe la construcción de mausoleos encima de las tumbas de los devotos. Es la escuela oficial en Arabia Saudí, que ha utilizado sus fondos en las pasadas décadas para difundir esta corriente extremista en todo el mundo.
La Iglesia de Mar Marun
El lunes, otro lugar religioso sufrió un ataque indiscriminado por parte de militantes wahabíes: la iglesia que se está construyendo cerca de la tumba de Mar Marun, fundador de la escuela maronita de la Cristiandad. Situada en la localidad de Bared, a 40 km al norte de Alepo, la iglesia fue profanada en un ataque conjunto de milicianos del Frente de Nusra y la Vanguardia Islámica (afiliada a la Hermandad Musulmana)
Según la televisión del Patriarcado del Líbano, Télé Lumières, que cita al sacerdote de la iglesia en cuestión, los militantes rompieron todas sus ventanas, robaron sus utensilios y profanaron el santuario. Los insurgentes quisieron mostrar así su venganza por la visita del Patriarca Maronita libanés, Monseñor Bchara Rai, el domingo a Damasco para asistir a la entronización del Patriarca de los ortodoxos griegos de Siria.