Los responsables libaneses viven una verdadera angustia a causa de la creciente expansión del movimiento takfiri en el Líbano.
Los responsables libaneses viven una verdadera angustia a causa de la creciente expansión del movimiento takfiri en el Líbano.
La presencia de este movimiento extremista (que considera al resto de las corrientes, en especial a los shiíes, como fuera del Islam) ha despertado también una inquietud entre los embajadores de países occidentales y árabes, que recuerdan en especial la pertenencia de Al Qaida a esta corriente.
Diversos informes en poder de diplomáticos subrayan que Al Qaida y sus ramificaciones, como el Frente al Nusra, están presentes en el Líbano y disponen de un caudal de simpatía popular y de apoyo de algunos partidos libaneses.
La influencia de los grupos extremistas ha aumentado desde el inicio de la crisis en Siria y la afluencia de los refugiados sirios, que ha provocado una mezcla entre los factores humanitarios, militares y de seguridad. Esto ha permitido a estos grupos infiltrarse en algunas regiones libanesas como el Norte de Líbano, la Bekaa, ciertos barrios de Beirut, en Saida (Sidón) y algunas localidades de la región de Arkub, en el Sur.
Los embajadores prodigan consejos a los dirigentes del Líbano y les ponen en guardia sobre el peligro de que la estabilidad no dure debido a la presencia del movimiento takfiri en varias regiones del país y a la actitud del estado libanés de retroceder ante el avance de estos grupos extremistas.