Las últimas informaciones que circulan en los medios hablan de una intensificación de la actividad de los países que apoyan a los militantes opositores sirios...
Las últimas informaciones que circulan en los medios hablan de una intensificación de la actividad de los países que apoyan a los militantes opositores sirios, que han recibido en las últimas semanas nuevas cantidades de armas, en espera de otros cargamentos y nuevos medios financieros suplementarios.
Estos aprovisionamientos se acompañan de la aceleración del entrenamiento de un gran número de terroristas en la propia Siria y en Turquía, Jordania y Libia. Algunos grupos reciben formación especializada en Qatar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Estas informaciones diplomáticas coinciden con otras que hablan de una intensificación de la actividad de los servicios de información, árabes e israelíes en el interior de Siria.
El objetivo de estos desarrollos es doble: por un lado, levantar la moral de los grupos rebeldes, que se ha visto afectada por las últimas derrotas, y, por otro, tratar de capacitarles para detener la progresión de las tropas regulares.
Sin embargo, frente a ello, el gobierno sirio y sus apoyos no van a quedarse con los brazos cruzados. Ellos han multiplicado los esfuerzos para incrementar los éxitos militares sobre el terreno, reforzando al Ejército con las municiones y equipos de combate necesarios y acelerando los programas de entrenamiento para decenas de miles de soldados regulares y voluntarios, encuadrados estos últimos en el Ejército de Defensa Nacional.
Al mismo tiempo, los servicios de inteligencia, que habían sufrido diversas debilidades en los dos pasados años, debido a las infiltraciones, han iniciado una reestructuración para mejorar su calidad y eficiencia.
Todos estos planes han mostrado ya su eficiencia con el fracaso de las dos últimas grandes ofensivas rebeldes contra Damasco y los avances que han tenido lugar en las provincias de Damasco, Alepo, Homs e Idleb.
Si el objetivo de los militantes y los estados que los patrocinan es el de realizar avances significativos sobre el terreno, el del régimen y sus aliados es impedir toda retirada de las tropas regulares y la realización de fuertes ofensivas en un futuro inmediato en diferentes partes del país, principalmente en Alepo, las regiones fronterizas con el Líbano y en una parte de la frontera con Iraq.
Fuentes militares en Damasco señalan que el Ejército ha tomado la iniciativa en el campo de batalla y “hace temblar la tierra bajo los pies de los grupos terroristas en toda Siria”. Estas fuentes sostienen que el Ejército dispone de todos los medios precisos y no ha empleado la totalidad de los mismos desde el inicio de la crisis. “El Ejército sirio tiene a su disposición los hombres y armas suficientes para hacer la guerra durante años para defender a Siria”, señaló el periódico Al Watan, que evocó, sin embargo, la posibilidad de que todos los sirios puedan participar en los combates “cada uno según sus capacidades”.
El periódico también afirmó que el Ejército Sirio Libre carece de los medios para lanzar grandes ofensivas y que su estructura básica fue destruida hace seis meses.