Fuentes militares libanesas han informado de que el plan del Ejército libanés que busca controlar la situación sobre el terreno en Trípoli continúa en vigor, pero no excluyen un posible deterioro de la situación.
Fuentes militares libanesas han informado de que el plan del Ejército libanés que busca controlar la situación sobre el terreno en Trípoli, la segunda ciudad del Líbano y principal centro del Norte del país, continúa en vigor, pero no excluyen un posible deterioro de la situación.
Estas fuentes han hablado de un plan bien estudiado de las milicias, especialmente de los salafistas y los partidarios del Ejército Sirio Libre, para transformar la ciudad en un centro de operaciones de seguridad y logísticas.
Las mismas fuentes añaden que Al Qaida, en cooperación con los salafistas, quiere convertir a Trípoli en un santuario.
Las mismas fuentes añaden que la ciudad alberga ahora a militantes de la organización provenientes de Siria, Iraq, Sudán, Jordania y Mali.
Con el fin de garantizar el éxito de su plan, el emir de Al Qaida en el Líbano, Hussan Sabbagh, se esfuerza en presionar y lavar el cerebro a los sheijs sunníes de Trípoli para que accedan a la proclamación de un “emirato islámico” en la ciudad.
Esta opción ha sido planteada también por el grupo de Mohammad Zain al Abidin Bin Nayif Bin Srur, llegado a Líbano en la víspera de los incidentes que tuvieron lugar en el campo de refugiados palestinos de Nahr al Bared en 2007.
Las fuentes militares precisan que “los grupos afiliados a Srur están presentes hoy en día en las calles de Trípoli”. Ellos son libios, argelinos, sirios, kuwaitíes y palestinos y coordinan sus acciones con Hussam Sabbagh y con el kuwaití Yaacub Shummari.
Su propósito es crear un consejo religioso salafista que atraiga a otros grupos de esta tendencia con el fin de unificarlos y poner en marcha su plan para la proclamación del emirato.
Según los servicios de seguridad libaneses, “ellos esperan que se aclare la imagen del conflicto en Siria y si las cosas allí les van bien (a los grupos armados de la oposición) entonces intentarán controlar Trípoli y proceder a una depuración de todas las corrientes que se oponen al pensamiento salafista”.