Según el periódico libanés, Ad Diyar, la escala de algunas horas del nuevo primer ministro libanés en Riad incluyó un encuentro con el jefe del servicio de inteligencia saudí, Bandar Sultan...
Según el periódico libanés, Ad Diyar, la escala de algunas horas del nuevo primer ministro libanés en Riad incluyó un encuentro con el jefe del servicio de inteligencia saudí, Bandar Sultan, en la que este último planteó unas posturas que son, cuando menos, un poco “sorprendentes”.
El encuentro entre Bandar Sultan y Tammam Salam se desarrolló en presencia de Saad Hariri. “El príncipe Bandar habría pedido a Salam que acelerara el proceso de formación de un nuevo gobierno libanés y que actúe para poner fin a las tensiones entre sunníes y shiíes”, señala el periódico.
El príncipe Bandar cuyo país continúa entrenando a terroristas pro-Al Qaida antes de enviarlos a Siria con armas y financiación habría igualmente pedido al nuevo jefe de gobierno libanés que mantenga su país “lejos del conflicto sirio” e incluso deseó que Tammam Salam visite Damasco, El Cairo y otros estados de la región (¿Irán?).
Siempre según Ad Diyar, el príncipe Bandar habría dicho que ha detenido el envío de armas a los rebeldes sirios.
Por otro lado, el periódico dijo que Bandar había encargado a Salam que multiplique sus contactos con Nabih Berri, presidente del Parlamento y con Hezbolá.
“Riad apoyaría esta iniciativa,” añadió Bandar.
¿Dice la verdad Ad Diyar? La verdad es que apenas llegado de su visita a Arabia Saudí el nuevo primer ministro libanés se deshizo en elogios al secretario general de Hezbolá. “Es un hombre que tiene una gran responsabilidad y yo pido su ayuda en la formación del nuevo gabinete”, indicó.
Por su parte, el sitio Ahed dijo que Salam había afirmado: “Hezbolá forma parte integrante de la vida política del Líbano y no se puede negar esta realidad”. El nuevo primer ministro fue elegido por 124 votos de un total de 128.
Si las informaciones publicadas por Ad Diyar son verdaderas, haría falta hablar de un giro radical en la política saudí, un cambio que alejaría a Riad de Washington y le daría una cierta independencia de acción en la gestión de su política exterior en este tiempo de tensiones y conflictos extremos en la región.
“Bandar Sultan habría también rendido homenaje a la familia de Tammam Salam y dijo que Arabia Saudí se guarda muy bien de inmiscuirse en el Líbano y que Riad sólo quiere el bien y la prosperidad para el Líbano”.
Bandar Sultan habría también expresado su inquietud por la creciente fuera del movimiento salafista en el Líbano.
“Los servicios de inteligencia saudíes están dispuestos a cooperar con las fuerzas de seguridad libanesas para hacer frente al salafismo”, dijo Bandar.
¿Acaso el rechazo a Qatar explica este (positivo) cambio de actitud? ¿Y será éste permanente?