La policía de Bahrein lanzó gases lacrimógenos y bombas sonoras para dispersar a cientos de manifestantes que se reunieron el jueves para protestar contra la celebración el Gran Premio de Fórmula 1.

La policía de Bahrein lanzó gases lacrimógenos y bombas sonoras para dispersar  a cientos de manifestantes que se reunieron el jueves por la noche en el pueblo de Jamis, cerca de Manamá, para protestar contra la celebración el Gran Premio de Fórmula 1 al que consideran un escaparate que busca lavar la imagen a nivel internacional del régimen dictatorial de la familia real Al Jalifa.

Los manifestantes gritaron eslóganes como “Vuestra carrera es un crimen”, en referencia a las marcas deportivas que han insistido en participar en el Gran Premio ignorando la represión que tiene lugar en el reino del Golfo Pérsico.

“Abajo (el rey) Hamad”, gritaron los manifestantes, que señalaron que “el pueblo quiere la caída del régimen”.

Varios choques estallaron cuando la policía antidisturbios intervino para dispersar a la multitud.

El pasado 6 de abril en Sitra, un joven bahreiní, Hussain Kadhim fue alcanzado en la cabeza por un disparo y se halla luchando por su vida. Él estaba tomando parte en una manifestación.

Estos choques del jueves tuvieron lugar un día después de que la organización pro-derechos humanos Human Rights Watch criticara al régimen de los Al Jalifa, apoyado por Arabia Saudí, por estar “más preocupado de arrestar a los activistas que protestan en víspera del Gran Premio que por satisfacer las legítimas demandas que han llevado a tantos bahreiníes a tomar las calles”.

La organización señaló que los responsables policiales habían arrestado a 20 personas en las protestas populares contra el Gran Premio, que tendrá lugar en el circuito de Sajir. “Las autoridades de Bahrein están llevando a cabo detenciones en las viviendas de las localidades próximas al circuito con anterioridad al fin de semana del Gran Premio”, señaló la organización.