El presidente sirio “no ha cerrado la puerta a un compromiso equilibrado que preserve la soberanía nacional, pero cree que las cosas se decidirán en el campo de batalla”.

Los visitantes de Damasco que se reunieron recientemente con Bashar al-Assad afirmaron que el presidente sirio “no ha cerrado la puerta a un compromiso equilibrado que preserve la soberanía nacional, pero cree que las cosas se decidirán en el campo de batalla”.

En este contexto, los visitantes de la capital siria indican claramente que el Ejército sirio avanza en todos los frentes.

"El avance de los rebeldes hacia Daraa, en el Sur, se detuvo. El bloqueo de Damasco a través de su campiña ha quedado roto y los rebeldes fueron rechazados a varios kilómetros de la capital, que vive una situación de normalidad, a pesar de proyectiles de mortero que caen de vez en cuando y las explosiones de algunos coches bomba”, añadió la misma fuente. “La oposición ha reconocido que el ejército regular ha logrado romper el cerco en torno a dos campamentos militares en la provincia de Idleb, que habían estado rodeados durante seis meses.

En la ciudad de Deir Ezzor, la situación ha vuelto a la normalidad y las instituciones funcionan. El regreso de Raqqa al control del Estado no tardará mucho.

En Homs y su campiña, los avances del Ejército continúan, especialmente en la ciudad de Qussair, donde los militantes han expresado su rabia llevando a cabo varios bombardeos contra la región fronteriza libanesa de Hermel.

Sin embargo, los visitantes a Damasco indican que estos avances militares no han estado acompañados por un desbloqueo de la situación política y no significan que el régimen esté tranquilo acerca de la próxima confrontación, en el que los sirios harán frente a Al Qaida en una guerra de tipo diferente.