En los últimos días se han recrudecido las protestas en Kuwait. El pasado lunes, se produjo una gran manifestación para protestar contra el veredicto dictado contra un líder de la oposición, Mussallam al Barrak.
En los últimos días se han recrudecido las protestas en Kuwait. El pasado lunes, se produjo una gran manifestación para protestar contra el veredicto dictado contra un líder de la oposición, Mussallam al Barrak, que fue condenado a 5 años de cárcel por “difamar al emir”.
Unas 10.000 personas se reunieron ante la residencia de Barrak en el sudeste de la capital y marcharon en dirección a la prisión donde el opositor está encerrado, cortando el tráfico en una autopista, sin que se produjera una intervención de la policía, señaló un periodista.
Barrak, un antiguo diputado, fue condenado el lunes por unas declaraciones, realizadas el pasado 15 de octubre, y juzgadas difamatorias contra la persona del emir, Sheij Sabah al Ahmad al Sabah. Según la ley kuwaití, cualquier crítica contra el emir es un delito contra la seguridad nacional y conlleva penas hasta de cinco años de prisión.
Se trató de la pena máxima por el delito de difamación en contra del emir. Barrak, un nacionalista, ha sido el primer político en ser condenado por este tipo de ofensa en el país. Él está también acusado de otros delitos, como el asalto al Parlamento y participación en manifestaciones prohibidas.
El juicio estuvo plagado de irregularidades. Los abogados de Barrak abandonaron la sala de audiencia cuando el juez se negó a escuchar a los testigos de la defensa, incluyendo a dos antiguos parlamentarios de la oposición.
Durante la manifestación del lunes, 15 antiguos diputados y dirigentes de la oposición, repitieron, en un gesto de solidaridad, el mismo discurso por el que Barrak resultó condenado. Ellos dijeron que repetirían este gesto todos los días.
Por su parte, Barrak manifestó poco después de conocer la sentencia que el veredicto era ilegal.
La organización Human Rights Watch ha pedido también que se elimine el delito de ofensas al emir, por el que han sido condenados varios activistas.
Sin embargo, el Ministerio de Información defendió el veredicto afirmando en un comunicado que “Kuwait tiene un sistema judicial transparente e independiente” y que “todos los ciudadanos, tengan el rango que tengan, son iguales ante la ley”.
En las últimas semanas, la oposición ha organizado numerosas manifestaciones para pedir la disolución del Parlamento, mayoritariamente favorable al gobierno, que fue elegido en diciembre. Estos comicios estuvieron basados en una reciente ley electoral, que ha sido rechazada por la oposición porque busca, según ella, convertir al Parlamento en un simple órgano de ratificación de todo lo que haga el gobierno.
Kuwait fue el primer estado árabe en el Golfo Pérsico en establecer un Parlamento electo en 1962. Sin embargo, la familia Al Sabah sigue detentando los puestos clave en el gobierno, incluyendo el de primer ministro, ministro de Defensa, ministro del Interior y ministro de Exteriores.