Decenas de partidarios de las fuerzas revolucionarias egipcias organizaron el sábado por la tarde una sentada delante de la embajada qatarí en Yizeh para protestar por las injerencias qataríes en los asuntos internos de Egipto.
Decenas de partidarios de las fuerzas revolucionarias egipcias organizaron el sábado por la tarde una sentada delante de la embajada qatarí en Yizeh para protestar por las injerencias qataríes en los asuntos internos de Egipto.
Los manifestantes quemaron la bandera qatarí y lanzaron eslóganes como: “las condiciones de las inversiones qataríes: hambre, humillación e inflación” o “Hamad (el primer ministro qatarí Hamad bin Yasssim), dinos por cuanto Mursi te ha vendido Egipto”.
El antiguo coordinador de asuntos de los egipcios residentes en el extranjero del partido Dustur, Alaa Fadel, señaló que “esta manifestación se inscribe en el marco del rechazo egipcio a las injerencias qataríes en nuestros asuntos internos, sobre todo después de que Qatar haya ligado la concesión de préstamos a que algunos bienes egipcios queden vinculados como garantías, lo que le permitiría venderlos a otros países, incluyendo a la entidad sionista.”
El primer ministro qatarí, Hamad bin Yassim, había anunciado en una entrevista televisada que será publicada el domingo el apoyo de su país a la cooperación y a la normalización de relaciones con Israel.
Muchos analistas egipcios han denunciado la política intervencionista de Qatar en los asuntos de sus vecinos y han acusado al régimen qatarí de buscar una influencia desproporcionada a su reducido tamaño. Uno de sus activos es el canal Al Yazira, que se ha convertido en el instrumento de propaganda del régimen de Qatar y sus objetivos políticos.
Desde la llegada de la Hermandad Musulmana al poder, Qatar ha invertido miles de millones de dólares en Egipto, un país que sufre una aguda crisis económica. Altos responsables qataríes, incluyendo al emir, el primer ministro y el jefe de su servicio de inteligencia han realizado frecuentes visitas a El Cairo en los últimos meses.
En el lado egipcio son los dirigentes de la Hermandad Musulmana, más que el ministro de Exteriores, los que controlan los acuerdos con Qatar. Jairat el Shatir, un rico hombre de negocios y una de las figuras más poderosas de la Hermandad, que fue descalificado para competir en las elecciones presidenciales de 2012, ha sido el encargado de las relaciones con Qatar y ha volado allí de manera frecuente en visitas no anunciadas.
Por su parte, el presidente Mohammed Mursi ha negado que su gobierno haya concedido condiciones preferentes a Qatar con respecto a otros países. Sin embargo, los medios egipcios insisten en tal hecho.
Qatar es visto con un creciente recelo por los habitantes de los países donde se han producido cambios tras las revueltas de la así llamada Primavera Árabe. Qatar armó y financió a las milicias que derribaron al régimen de Muammar al Gadafi en Libia e incluso envió tropas especiales y aviones a combatir allí. Posteriormente, los libios se han quejado de la intromisión política y los intentos de explotación económica del emirato. Similares quejas han tenido lugar en Túnez.
En Siria, Qatar es uno de los principales suministradores de armas y municiones a los rebeldes que luchan contra el gobierno de Bashar al Assad.
En Egipto, Qatar podría estar aprovechando la peor crisis económica del país en décadas para conseguir también una influencia política y condiciones preferentes en el terreno económico, que irían en todo caso en detrimento del pueblo egipcio.