Las fuerzas de seguridad iraquíes retomaron el viernes el control de la ciudad de Suleiman Bek, que había caído el miércoles en poder de hombres armados, cuando éstos optaron por retirarse de la misma.
Las fuerzas de seguridad iraquíes retomaron el viernes el control de la ciudad de Suleiman Bek, que había caído el miércoles en poder de hombres armados, cuando éstos optaron por retirarse de la misma, señalaron varios responsables gubernamentales.
Estos grupos armados abandonaron el viernes por la mañana la ciudad, situada en la provincia de Salahuddin, tras un acuerdo concluido bajo la mediación de jefes tribales y representantes del gobierno, añadieron dichas fuentes.
Los grupos armados tomaron el control de esta ciudad, habitada mayoritariamente por turkmenos (turcos) el miércoles después de que llevaran a cabo combates con las fuerzas de seguridad. La mayoría de habitantes huyeron entonces de la misma.
El general Ali Gaidan Mayid indicó el miércoles por la noche que se iba a dar un ultimátum de 48 horas a estos grupos para abandonar la ciudad o, en caso contrario, las fuerzas del Ejército pasarían entonces a la ofensiva.
El general Mayid precisó que, según los servicios de inteligencia, unos 175 hombres armados se encontraban en la ciudad, 25 de ellos miembros de Al Qaida y el resto de un grupo denominado “Ejército de los Naqshbandis”, que cuenta entre sus filas con antiguos oficiales del Ejército de Saddam Hussein y que estaría vinculado al Número 2 del régimen derrocado, que se halla huido, Izzat al Duri.
Por otro lado, en una tentativa de apaciguar la situación, el Ejército iraquí ha cedido a la policía local el mantenimiento del orden en las provincias donde tienen lugar las manifestaciones hostiles al gobierno.
Maliki teme una guerra civil
En este contexto, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha puesto en guardia el jueves en contra de las tentativas de provocar una guerra civil en el país y recordó que los atentados terroristas de Al Qaida y grupos afines han dejado un saldo de al menos 179 muertos en tres días.
Maliki pidió, en unas declaraciones difundidas por la televisión pública, a los hombres de religión, a los periodistas y a todos aquellos que se interesen por el futuro de Iraq que “tomen la iniciativa y no permanezcan silenciosos frente a aquellos que quieren empujar al país a una guerra civil de tipo confesional”.