Al Qussair está considerado como el corredor geográfico que une el centro de Siria con el área libanesa de Hermel.
Al Qussair está considerado como el corredor geográfico que une el centro de Siria con el área libanesa de Hermel.
Esta amplia región, en términos de espacio, es una llanura con una cordillera que se extiende por ella. Desde la colina llamada Profeta Mando, situada en el oeste de la región, se domina la misma hasta la frontera libanesa.
El Ejército llevó a cabo una extensa operación en las zonas rurales y localidades próximas a Al Qussair,que estaban bajo el control del Frente al Nusra y los grupos armados. Al Qussair se había convertido en un bastión y centro de mando importante de los grupos armados.
La operación tenía unos objetivos específicos. Las vanguardias del Ejército sirio comenzaron a fluir en dirección a Al Qussair desde la autopista Homs-Damasco, que enlaza a la capital siria con las ciudades costeras de Tartus, Banyas, Yableh y Latakia.
Nuevas tácticas
Los grupos armados creyeron que la batalla comenzaría con la entrada de los vehículos blindados del Ejército en la región. De este modo, colocaron minas y artefactos explosivos en las carreteras que conducían a las localidades ocupadas por ellos.
Sin embargo, las unidades de ingenieros entraron bajo la cobertura de un nutrido fuego y desmantelaron las minas y explosivos, abriendo el camino a las Unidades Especiales. Esto llevó a los grupos armados a una total confusión.
El Ejército confió en los rápidos ataques de la Unidad de Operaciones Especiales, que trata con cada objetivo de manera individual y separadamente uno del otro.
Esta unidad comenzó limpiando la localidad de Abl, cerca de la autopista Damasco-Homs. En una operación rápida, el Ejército logró entrar en la localidad a pesar de las poderosas fortificaciones construidas allí por el Frente al Nusra.
Este progreso facilitó los movimientos del Ejército hacia el Oeste y Sur de Al Qussair y la frontera libanesa, en particular el área de Arsal, que se ha convertido en una base avanzada para aprovisionar a los militantes de la región con hombres y armamento.
Desde Abl, el Ejército sirio se dirigió, en segundo lugar, a la Colina del Profeta Mando, que domina el campo de Al Qussair. El lado que domine la Colina del Profeta Mando está en condiciones de imponer su estrategia y el ritmo de la batalla. Y esto ocurrió cuando el Ejército sirio tomó la colina. Él pasó a controlar la región.
El Ejército sirio avanzó de una manera coordinada de tal manera que las unidades entraron en las localidades y pueblos del Oeste y el Sur de una forma simultánea.
El elemento sorpresa resultó decisivo en la batalla, especialmente dado que las tácticas del Ejército no fueron clásicas esta vez sino de un nuevo tipo.
Cortadas las vías de suministro
El resultado de la batalla fue que la región de Al Qussair y el oeste del Río Orontes quedaron bajo el control del Ejército sirio. De este modo, éste logró cortar las carreteras utilizadas por los militantes para el contrabando de armas y hombres desde el territorio libanés, tanto desde la Bekaa como desde el Norte del Líbano, hacia las regiones centrales de Siria.
El control de esta zona imposibilita a los terroristas de Al Qussair alcanzar la ciudad de Homs y las regiones del norte de la provincia de Damasco. Esto permitiría al Ejército limpiar por completo la ciudad de Homs y su campiña, abrir la autopista Damasco-Homs y confiar la seguridad de la zona a los comités populares.
Cabe señalar que los militantes trataron de expulsar a la población de estas localidades en un intento de convertirlas en campos de entrenamiento y lugares de hospitalización del Frente al Nusra.
Es de suponer que el Ejército se preparará ahora para limpiar las localidades de Bueida y Dayaa, las últimas que quedan en poder de los grupos armados. Su toma por parte del Ejército permitiría rodear Al Qussair por los cuatro lados.
Cabe señalar que la moral del Ejército sirio es muy alta debido al éxito de sus estrategias y a sus victorias en estas operaciones, que han requerido de una alta coordinación entre distintas unidades militares.
En conclusión, la batalla de Al Qussair ha sido una de las operaciones estratégicas más importantes de la guerra llevadas a cabo además en un momento en el que el Ejército sirio realizaba otra campaña de limpieza en la provincia de Damasco, que supuso una aplastante derrota para los militantes. Estos últimos han sufrido miles de bajas en este último mes.
El resultado de la batalla constituye, sin duda, una derrota para la oposición, que ha venido sufriendo diversos reveses decisivos, y para los países que la apoyan y patrocinan. Por contra, este éxito constituye una carta importante en manos de los negociadores rusos e iraníes en toda solución, ya sea ésta próxima o lejana.
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