Tras la toma de la ciudad de Al Qussair por el Ejército sirio, este último ha capturado a un gran número de militantes, cuyas fortificaciones fueron objeto de un intenso bombardeo por el Ejército y la Fuerza Aérea sirios.
Tras la toma de la ciudad y la cordillera de Al Qussair por el Ejército sirio, este último ha capturado a un gran número de militantes, cuyas fortificaciones fueron objeto de un intenso bombardeo por el Ejército y la Fuerza Aérea sirios. En sólo unas horas el Ejército se apoderó del 70% del total de la ciudad, incluyendo el centro de la misma. Algunas fuentes militares señalan que se necesitarán varios días aún para poner fin a toda resistencia en la ciudad, pero la batalla ya ha prácticamente concluido.
Según diversas fuentes, algunos militantes pudieron escapar del cerco hace varios días a través de un paso secreto al sur de Al Qussair que lleva a Yussieh y a los Montes Qalamun. Entre los huidos están los jefes de los grupos armados que había en la ciudad, que lograron escapar antes de que los militares descubrieran el paso y colocaran minas y tropas en el mismo. Según fuentes de los grupos armados, unos 30 militantes murieron o resultaron heridos la semana pasada al caer en una emboscada cuando intentaban salir de la ciudad a través del mismo pasaje. Al quedar cortado el mismo, el cerco de Al Qussair quedó cerrado completamente.
Ahora, los terroristas capturados hablan de la traición de sus jefes, que huyeron de la ciudad, dejando a los militantes sin un liderazgo militar para afrontar la batalla. Estos rebeldes señalan que esta traición provocó el aniquilamiento de los dos batallones salafistas que combatían en la ciudad, el de Al Faruk y el de Al Wadi. Casi todos los miembros de ambas formaciones murieron durante el bombardeo y el asalto militar.
Los milicianos se refieren concretamente a la traición del jefe militar rebelde de la región de Al Qussair, un tal A.S. También a la del emir del batallón Al Faruk, A. J. H. Raad, conocido como Abu Diab, y la del emir del batallón Al Wadi, A. H., que huyeron a través del mencionado paso secreto mediante el soborno a un guía libanés familiarizado con la ruta. Todo esto quebró la moral de los milicianos en la ciudad rodeada.
Por otro lado, los rebeldes se vieron sorprendidos por el ataque simultáneo del Ejército desde varias direcciones. “Habíamos trasladado nuestras fuerzas al frente norte contando con que el ataque provendría de allí, pero nos vimos sorprendidos por las fuerzas del régimen, que nos atacaron no sólo por el norte, sino también por el este, el oeste y el sur.”
Según fuentes del Ejército sirio, en toda la región quedan ya sólo un millar de rebeldes en activo, es decir, la mitad que hace unos pocos días. El resto han muerto o se han rendido. Unos pocos lograron huir antes del ataque final”.