Manifestantes de Yemen llevaron a cabo manifestaciones rivales en Sanaa el viernes, llenando las calles de la capital mientras los jefes tribales y religiosos abandonaron al cada vez más aislado presidente Saleh
Manifestantes de Yemen llevaron a cabo manifestaciones rivales en Sanaa el viernes, llenando las calles de la capital mientras los jefes tribales y religiosos abandonaron al cada vez más aislado presidente Ali Abdula Saleh.
El Ejército y la policía fueron desplegados con el fin de evitar choques entre las fuerzas a favor y en contra de Saleh, que estaban concentradas en plazas situadas a pocos kilómetros de distancia, como sucedió en el viernes anterior. El viernes es el día musulmán de descanso y oración.
Influyentes líderes religiosos y tribales de Yemen se han alineado con el levantamiento, que dura ya 10 semanas, y han pedido la inmediata salida del poder de Saleh. El presidente “debe responder a estas demandas de la pacífica revolución de los jóvenes, comenzando con su inmediata salida del poder y la de todos sus subordinados en los aparatos militar y de seguridad”, afirmaron tras un encuentro el jueves.
En el encuentro, encabezado por el jefe de la tribu Hashid, a la que pertenece la familia Saleh, también participó la mayoría de miembros del Consejo de Ulemas de Yemen.
A menos que el presidente, que ha estado en el poder durante tres décadas, salga “rápidamente”, los participantes “organizarán manifestaciones y sentadas en todas las provincias”, señaló una declaración salida del encuentro. Ellos pidieron también a los soldados y policías que se “unan a la revolución pacífica” y alabaron las deserciones que se están produciendo en el Ejército y las fuerzas de seguridad.
En referencia a la propuesta de los ricos vecinos árabes del Golfo Pérsico, los líderes yemeníes rechazaron cualquier iniciativa que no tenga la salida del poder de Saleh como punto de partida.
Por su parte, Human Rigths Watch criticó el uso de niños soldado en una división del Ejército yemení, que se ha aliado con los manifestantes antigubernamentales en la actual crisis, que ha costado hasta ahora 125 vidas. Él dijo que los trabajadores de HRW habían encontrado a “decenas de soldados armados que parecían ser más jóvenes de 18 años” en Sanaa.
Veinte de ellos, que tenían edades entre los 14 y 16, dijeron a HRW que habían servido hasta durante dos años en una división bajo el mando de un alto jefe militar que ha abandonado al presidente Saleh, el general Ali Mohsen al Ahmar. Antes de que las protestas anti-régimen estallaran, ellos fueron reclutados para luchar contra los rebeldes shiíes huthis en el norte de Yemen.