La batalla de Al Qussair es seguida con mucho interés por parte de dirigentes y expertos civiles y militares de los países occidentales.
La batalla de Al Qussair es seguida con mucho interés por parte de dirigentes y expertos civiles y militares de los países occidentales.
El interés recae principalmente en la entrada, anunciada públicamente, de la resistencia libanesa en esta batalla. Las operaciones militares han sido objeto de una vigilancia cotidiana por partes de satélites estadounidenses, franceses, británicos y rusos.
Francia se encuentra enfrentada a las posturas sirias y libanesas, de las cuales la batalla de Al Qussair ha sido sólo un último episodio. La situación ha empeorado después del anuncio de París de su decisión de apoyar la inscripción de la rama armada de Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas de la UE, contrariamente a lo que había sido su actitud hasta la fecha.
Esta decisión ha sido, sin embargo, objeto de un rechazo por parte de la institución militar francesa, lo que ha llevado a que se produzca un debate en el Eliseo.
Los altos oficiales franceses tienen los ojos fijos sobre lo que pasa en la batalla de Al Qussair, especialmente para estudiarla desde un plano táctico militar. Especial interés despierta la estrategia de Hezbolá, ya que este último está considerado por los militares franceses como el inventor de la “estrategia del combate desigual” en 2006. Éste ha sido también el título de un largo estudio presentado en 2007 por el coronel Michel Goya, un militar francés que ha escrito sobre la Guerra de Julio de 2006 y la “teoría de Hezbolá”.
Otro coronel del Ejército francés, Alain Corvez, indicó en una entrevista con el sitio de Al Manar que Al Qussair reviste una gran importancia en razón de su emplazamiento estratégico, dado que controla todas las rutas que llevan a la costa y a Damasco. Ella constituye el nudo de comunicaciones estratégico que enlaza Trípoli, Homs y la Bekaa libanesa de una parte y la capital siria, Damasco, de otra.
Aquel que domina esta ciudad posee el control del centro de Siria y asegura la protección de su retaguardia en la batalla de Damasco y en todas las batallas del norte de Siria.
Altos oficiales franceses han declarado en una reunión con un grupo de periodistas que Hezbolá envió a un pequeño número de sus tropas de élite a la batalla de Al Qussair. Estos efectivos se han encargado de la dirección de la batalla y de las operaciones de penetración. Ellos han sido apoyados por unos 3.000 combatientes bien entrenados. Sin embargo, estos últimos no forman parte de la fuerza de choque que está situada en el Sur del Líbano y en Beirut.
Siempre según los militares franceses, los militantes de la oposición siria han cometido importantes errores estratégicos en la batalla, mientras que Hezbolá les ha vencido desde el punto de vista psicológico y militar al expulsarles de una colina estratégica que domina la provincia de Al Qussair.
Por otro lado, según los franceses, los insurgentes, que son en su mayor parte antiguos contrabandistas y funcionarios desertores del régimen, se han distribuido por toda la provincia, lo que ha dispersado su fuerza y facilitado su derrota. Por otro lado, ellos han atacado a los shiíes que viven en la región sin necesidad, lo que ha creado un ambiente popular hostil en su contra.
Los militares franceses creen además que nada puede confirmar que el envío de armas desde países europeos cambiará la situación sobre el terreno, que ya parece estar decidida en favor del gobierno sirio.
Nidal Hémadé