Tras predecir que el Líbano se dirigía hacia la disolución y amenazar con atacar al Ejército libanés, el sheij salafista Ahmad al Assir pasó el domingo de las palabras a los hechos.
Tras predecir que el Líbano se dirigía hacia la disolución y amenazar con atacar al Ejército libanés, el sheij salafista Ahmad al Assir pasó el domingo de las palabras a los hechos. Sus milicianos armados, entrenados y financiados por Qatar y la Corriente del Futuro de Saad Hariri, atacaron al Ejército libanés matando a dos oficiales y un soldado en Abra, al este de Sidón, en el sur del Líbano.
Esta agresión se inscribe en el marco de una serie de ataques contra el Ejército llevados a cabo por los extremistas salafistas libaneses y sirios sostenidos por los países del Golfo. Entre el jueves y el sábado, varias posiciones de las tropas regulares libanesas fueron objeto de ataques en diversas regiones del país. En estos últimos meses, varios oficiales y soldados murieron a manos de extremistas en la localidad de Ersal y en Trípoli. El propósito de estas agresiones era el de neutralizar al Ejército a fin de empujarle a retirarse de estas regiones para transformarlas así en santuarios para los extremistas sirios y sus cómplices libaneses.
Estos grupos no habrían podido prosperar y continuar sus agresiones si no se hubieran beneficiado de la cobertura de la Corriente del Futuro, que les apoya materialmente con la intención de utilizarlos en su plan de asediar a la Resistencia libanesa, y del laxismo de los altos responsables oficiales que dudan en reaccionar con firmeza contra estos fenómenos malsanos que amenazan la unidad nacional con sus discursos confesionales.
En esta ocasión, sin embargo, el Ejército ha decidido colocar a los altos dirigentes, así como al conjunto de la clase política, ante sus responsabilidades. En un comunicado con un tono firme, la institución militar ha señalado que ella ha intentado poner al país al abrigo de los acontecimientos sirios y escuchar los llamamientos de algunos políticos en contra del lanzamiento de una operación militar contra el grupo liderado por el Sheij Ahmad al Assir en Sidón con el fin de “evitar la discordia”. “Sin embargo, lo que ha pasado hoy en Sidón sobrepasa todas las previsiones. El Ejército ha sido atacado a sangre fría y de una manera premeditada con el fin de inflamar la situación en Sidón de una forma similar a lo ocurrido en 1975”.
La institución militar ha rechazado así el doble lenguaje de la clase política y ha puesto a los líderes políticos de Sidón ante la siguiente opción: “O estáis con el Ejército o estáis con los grupos armados y, por consiguiente, con el caos y la discordia”. “Un grupo leal al Sheij Ahmed al Assir ha atacado, sin razón, un campamento del Ejército en Abra,” afirma el texto. “Dos oficiales y un soldado han sido muertos y algunos otros han resultado heridos mientras que varios vehículos militares han sido dañados,” prosigue el comunicado militar.
En un mensaje enviado a los teléfonos móviles de sus partidarios, Assir llamó a estos últimos a “atravesar el Líbano para prestar ayuda a nuestros hombres y defender nuestra religión y a nuestras mujeres”. Él lanzó un llamamiento a la sedición pidiendo “a los nobles sunníes que abandonen el Ejército libanés que nos agrede”.
Como es habitual, el jefe de la Corriente del Futuro, el ex primer ministro Fuad Saniora, ha mantenido un discurso ambiguo. Él ha intentado mezclar el nombre de Hezbolá con los incidentes del domingo, mientras que el partido de la Resistencia no ha tenido nada que ver ni de lejos con estos acontecimientos. Tras afirmar que él se opone a todo ataque contra el Ejército, ha pedido un cese el fuego. Es decir, ha colocado al Ejército y los militantes en un pie de igualdad. En ninguna parte pide de su comunicado se pide que sean entregados los asesinos de los tres militares.
Pero el Ejército parece determinado. Él ha enviado como refuerzo a las tropas especiales y ha lanzado una amplia ofensiva contra el perímetro de seguridad de la Mezquita Bilal Ben Rabah, en Abra, transformado en una plaza fuerte para los milicianos de Assir. Tras los violentos combates, los militares han rodeado la región y persiguen a los militantes que han intentado cortar las carreteras de la ciudad mediante disparos de francotiradores situados en los tejados.
Pierre Jalaf
Tendances d´Orient