Una cosa es segura tras el fin de los enfrentamientos sangrientos en la capital del sur del Líbano, Sidón, este fin de semana: el sheij salafista al Assir ha emprendido la huida.
Una cosa es segura tras el fin de los enfrentamientos sangrientos en la capital del sur del Líbano, Sidón, este fin de semana: el sheij salafista al Assir ha emprendido la huida.
Él juró que no detendría su batalla contra Hezbolá, a través de los ataques al Ejército libanés, y que sería “vencedor o mártir”. Pero no ha sido ni lo uno ni lo otro.
Él ha simplemente desaparecido. La suerte de su compañero, el ex cantante Fadel Shakir, que había insultado a Sayyed Nasralá y Nabil Berri, es también desconocida.
Hay especulaciones sobre si ambos estarían refugiados en la embajada de Qatar en Beirut, según el sitio Top News, que señala que un choque de la representación diplomática habría ido a Sidón para recogerlos.
Otro periódico, An Nahar, ha señalado que Al Assir emprendió la huida el lunes por la mañana en dirección a Trípoli. En este mismo sentido, el periódico Al Ajbar asegura, por su parte, que la evacuación de Al Assir fue realizada con la ayuda de un religioso salafista de Trípoli.
En Sidón, los rumores afirman, no sin sarcasmo, de que él estaría escondido en las cuevas de su aliado político, el partido de la Yamaa Islamiya o en las de la diputada de la Corriente del Futuro Bahia Hariri.
Otro periódico, Al Anbaa habla de la evasión de Al Assir hacia el barrio de Taamir, en el campo palestino de Ain al Helué, donde algunos residentes habrían tomado parte en los combates para ayudarle.
El ejército, que ha perdido a 18 de sus efectivos en los combates, insiste en arrestarle y cree que él está escondido en el apartamento de uno de sus partidarios. Él es considerado responsable de atizar los odios de tipo sectario.