Una fuente próxima a un jefe de Estado del Golfo implicado en la guerra en Siria ha informado que este país ha gastado grandes sumas de dinero en Sidón con el fin de provocar un conflicto entre sunníes y shiíes.

Una fuente próxima a un jefe de Estado del Golfo muy implicado en la guerra en Siria ha informado que este país “ha gastado grandes sumas de dinero en Sidón y otras partes con el fin de provocar un conflicto entre sunníes y shiíes, pero no un conflicto con el Ejército libanés” en referencia al ataque de las fuerzas de Sheij Assir contra los militares. “Un conflicto con el Ejército unificaría a los libaneses y nos colocaría en una situación embarazosa ante nuestros aliados occidentales, especialmente Francia” señaló.

En declaraciones al periódico libanés Al Yumhuriyya, esta misma fuente dijo que: “Algunos dirigentes del Golfo han gastado millones de dólares para permitir a nuestros aliados en el Líbano hacer frente a Hezbolá.” Sin embargo, el discurso sectario no ha tenido eco entre la mayoría de los libaneses. “La mayoría de los que han resistido (al Ejército en Sidón) eran sirios del Frente al Nusra y el Ejército Sirio Libre o palestinos de Fatah al Islam y de Yund al Sham”, añadió.

Estas declaraciones se corresponden con el contenido de un reciente informe occidental, que señala que algunos países del Golfo, como Arabia Saudí y Qatar, buscan vengarse de Hezbolá por su intervención en Siria, que ha ayudado a frustrar los objetivos políticos y militares de esos países. Éstos buscan la movilización de los movimientos extremistas salafistas en el Líbano para librar una guerra contra los shiíes y también tratan de ganar el apoyo de algunos campos palestinos donde existe una fuerte presencia de esas corrientes.

No cabe duda, sin embargo, que los cálculos de Qatar y Arabia Saudí de generar un conflicto a gran escala entre sunníes y shiíes en el Líbano han sufrido un grave revés por el reciente episodio de violencia de Sidón, iniciado cuando los partidarios de Sheij al Assir atacaron y causaron la muerte a miembros del Ejército libanés, lo cual tuvo como reacción una amplia condena de toda la clase política libanesa.

Una fuente diplomática francesa considera que la posibilidad de evitar una guerra civil en el Líbano está “en las manos del partido más poderoso política y militarmente, es decir, Hezbolá”. “De su disposición a resistir a aquellos que quieren sumergir al Líbano en una guerra confesional y sectaria dependerá la salvaguardia del país”. Dicha fuente cree que “a pesar de su gravedad, los incidentes de seguridad y los enfrentamientos confesionales permanecen bajo control”.