El primer ministro y el ministro de Exteriores de Turquía acogieron las protestas contra Mursi con un mutismo total.
Los dirigentes turcos, especialmente el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, y el ministro de Exteriores, Ahmad Davutoglu, observan con un mutismo total los últimos acontecimientos en el escenario egipcio desde el inicio de las protestas, el 30 de Junio, contra el régimen de los Hermanos Musulmanes.
Esta pasividad contrasta enormemente con los llamamientos incesantes de Erdogan al ex presidente Hosni Mubarak para que escuchara la voz del pueblo y abandonara el poder en 2011.
Justo después de la caída del régimen de Mubarak, el presidente turco, Abdullah Gul, fue el primer presidente extranjero en visitar Egipto. Su primer mensaje fue enviado a la junta militar egipcia a la que pidió que entregara el poder a los civiles tan pronto como fuera posible.
Cuando las fuerzas políticas egipcias comenzaron los preparativos para las elecciones parlamentarias y las elecciones presidenciales, el Partido de la Justicia y el Desarrollo turco mostró su pleno apoyo al Partido de la Libertad y Justicia de Egipto, el brazo político de los Hermanos Musulmanes.
La experiencia de los Hermanos de Turquía fue puesta al servicio de los Hermanos egipcios en temas como la propaganda, el discurso o las medidas a tomar para reforzar su control del poder.
Cuando los egipcios protestaron contra la decisión del Presidente Mohammad Mursi de poner bajo su control a todas las autoridades del país, los dirigentes turcos no emitieron ninguna reacción.
Hoy en día, tras las manifestaciones de millones de egipcios para pedir la dimisión de Mursi, ni Erdogan ni su ministro de Exteriores se expresaron sobre este tema. Los llamamientos oficiales turcos se han limitado a exigir respeto para los principios democráticos y la legitimidad lo que fue visto como un apoyo a Mursi.
En este sentido, la caída del gobierno de los Hermanos Musulmanes en Egipto y las manifestaciones contra el gobierno de Erdogan serán, sin duda, un duro golpe a la legitimidad de este último.
La popularidad del Partido Justicia y Desarrollo de Turquía disminuyó en seis puntos, según las últimas encuestas.
Así pues, en un momento en que los Hermanos Musulmanes turcos laesperaban beneficiarse de la subida de sus homólogos en Egipto para demostrar el éxito del modelo turco, ellos se vieron golpeados por la revuelta popular en Egipto. Así que después de 10 años en el poder, el modelo turco está conociendo hoy el principio de su declive.
Desde el mes de Mayo se comenzó, pues, a producir fractura del “Creciente de los Hermanos”, uno de cuyos extremos se encontraba en Estambul y el segundo en El Cairo.