24-11-2024 06:26 AM Tiempo de Jerusalén

Hezbolá Lucha contra los Complots Dirigidos a Destruir OM

Hezbolá Lucha contra los Complots Dirigidos a Destruir OM

El Reino Unido no ha logrado convencer a la UE de que inscriba a la rama militar de Hezbolá en su lista de “organizaciones terroristas”.

 
El Reino Unido no ha logrado convencer a la UE de que inscriba a la rama militar de Hezbolá en su lista de “organizaciones terroristas”. A pesar de toda la presión israelí y estadounidense en los últimos meses, los escépticos diplomáticos europeos se han negado a aprobar una medida que dañaría los intereses europeos en Líbano y el mundo musulmán en su conjunto.

El pretexto para la petición de Londres a la UE fue el anuncio del anterior gobierno derechista búlgaro, un firme aliado de Washington y Tel Aviv, el pasado mes de febrero, en el que afirmaba que dos de las personas consideradas responsables del atentado con bomba del Aeropuerto de Burgas, que causó la muerte a 5 turistas israelíes en Julio de 2012, “pertenecían a la rama militar de Hezbolá”. Los socialistas, entonces en la oposición, acusaron al Ejecutivo de intentar implicar a Hezbolá sin pruebas.

Poco después, el corrupto gobierno búlgaro fue derrocado por un levantamiento popular y el nuevo ejecutivo socialista búlgaro declaró el 5 de Junio que había sólo una débil “indicación” de que Hezbolá podría estar detrás del ataque y que esto sólo no justificaría una acción de la UE dirigida a clasificarlo como grupo terrorista.

Por su parte, Hezbolá negó ninguna implicación en el atentado de Burgas. Varios expertos han afirmado que existen suficientes indicaciones de que el ataque fue en realidad una operación de falsa bandera de los servicios de inteligencia israelíes con el fin de aislar a Hezbolá y presionar a la Unión Europea para que pusiera en su lista negra a la organización libanesa.

Por otro lado, las afirmaciones británicas son completamente hipócritas ya que Londres ha hecho llamamientos a armar a los grupos terroristas en Siria, algunos de los cuales están vinculados a Al Qaida y son culpables de brutales atrocidades. Esta postura, apoyada por el primer ministro David Cameron y el ministro de Exteriores Willian Hague, ha sido condenada por altos responsables británicos, incluyendo el alcalde de Londres, Boris Johnson.

Alemania y Francia, que habían rechazado anteriormente los intentos británicos, cambiaron su posición. El ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, confirmó en un reciente encuentro del grupo de los así llamados “Amigos de Siria” en Ammán que París apoyaría a Gran Bretaña, lo cual no es sorprendente por cuanto que todos los los judíos sionistas que han estado controlando la política exterior francesa durante los gobiernos de Nicolas Sarkozy y François Hollande, han multiplicado sus políticas hostiles hacia Irán, Siria y otros países musulmanes con la cooperación de dos regímenes títeres y sostenedores del terrorismo: los de Arabia Saudí y Qatar. En los últimos años, Gran Bretaña han estado intentando promover políticas de tipo neocolonial para recuperar el control de algunas de sus antiguas colonias y crear gobiernos serviles, como hicieron en Libia.

Oposición a las maniobras británicas

Otros países europeos han mostrado, sin embargo, su oposición a la maniobra británica con el fin de defender sus intereses en Líbano, donde Hezbolá no es sólo un partido en el gobierno sino también el legítimo representante de al menos un tercio de la población: la comunidad shií. Por otro lado, algunos gobiernos creen que esta acción incrementaría la inestabilidad en Oriente Medio. La ministra de Exteriores italiana, Emma Bonino, ha señalado que el colocar a la rama militar de Hezbolá en la lista negra de la UE tendría repercusiones sobre la “frágil” estabilidad del Líbano.

Además, esta acción complicaría ciertamente los contactos de la UE con el Líbano. La capacidad de las compañías europeas de operar en ese país se vería seriamente dañada.

Según Nidal Hémadé, columnista del sitio árabe del canal de televisión de Al Manar, las declaraciones de Fabius han causado un profundo malestar en las filas de los oficiales del Ejército francés, que han advertido en contra de las consecuencias de una decisión tal. “¿Qué harán los franceses cuando una delegación ministerial libanesa visite París?, se preguntó un oficial francés.

Cabe señalar que los intereses franceses en el Líbano y en Oriente Medio son mucho mayores que los intereses de Hezbolá en Francia. En el Líbano, hay cinco centros culturales franceses, el mayor número en Oriente Medio.

Los medios israelíes han lanzado también una campaña en contra de países como Irlanda, Suecia, Finlandia, Polonia y Austria y les han culpado por el fracaso de los intentos británicos. Hasta ahora, todos estos países han mantenido una posición de independencia y no se han inclinado ante la presión israelí o estadounidense.

La decisión de colocar a Hezbolá en la lista negra podría también llevar a un cuestionamiento de la presencia de las fuerzas de las Naciones Unidas en Líbano, en las que están representados una decena de países de la UE. Austria ha anunciado ya que retirará su fuerza de 300 hombres del contingente de paz de la ONU en los Altos del Golán sirios, que Israel ocupa ilegalmente desde la Guerra de 1967, después de que la UE levantara el embargo de armas contra los terroristas sirios.

Resulta claro que la maniobra británica y francesa está en realidad motivada por el papel jugado por Hezbolá en la guerra de Siria y no por las acusaciones de terrorismo. A este respecto, Fabius declaró: “Dadas las decisiones que Hezbolá ha tomado y el hecho de que haya luchado extremadamente duro (en Siria), yo confirmo que Francia propondrá colocar a la rama militar de Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas (de la UE)”.

Preservar la región del complot israelo-estadounidense

Sin embargo, la intervención de Hezbolá en el país vecino tiene lugar en el marco estratégico de la actual agresión contra Siria, Líbano e Iraq por parte de una alianza que incluye a EEUU, Israel, Gran Bretaña, Francia, Turquía, Jordania, Arabia Saudí y Qatar.

El principal instrumento en esta agresión son los grupos wahabíes takfiris que trabajan para la destrucción del tejido nacional y social en esos tres países. Motivados por una ideología extremista y brutal, estos grupos internacionales planean exterminar a las minorías religiosas, tales como los cristianos, alawíes y shiíes. Muchos sacerdotes católicos y clérigos musulmanes sunníes y shiíes han sido decapitados o salvajemente asesinados por estos grupos terroristas apoyados por Occidente.

Las afirmaciones occidentales sobre la existencia de grupos armados “moderados” en Siria son sólo una mentira. El así llamado Ejército Sirio Libre (ESL) es sólo una organización paraguas para cientos de grupos que interactúan sobre el terreno con el Frente al Nusra, vinculado a Al Qaida. Sus miembros son extremistas y fanáticos terroristas. Los últimos acontecimientos sobre el terreno muestran que el comportamiento del ESL no difiere del del Frente al Nusra. Algunos de sus miembros son delincuentes comunes que han sido liberados de las prisiones saudíes para hacerles luchar en Siria.

Desde el inicio del conflicto sirio ha habido numerosos ataques con cohetes y morteros contra el territorio libanés y el ESL se ha atribuido la responsabilidad de al menos dos de ellos. Muchos de estos ataques han ido dirigidos contra el Ejército libanés o las localidades de mayoría shií.

Hezbolá y los residentes de las localidades fronterizas han decidido movilizarse para responder a estas amenazas. “Hemos incrementado el número de personas en la frontera y el número de patrullas realizadas allí. Y también dentro de los territorios libaneses para impedir la infiltración de los grupos armados,” dijo un miembro de Hezbolá a Al Yazira bajo la condición del anonimato. Sin embargo, el control del territorio libanés no es suficiente, ya que estos grupos atacan al Líbano desde las zonas que controlan en Siria.

El secretario general de Hezbolá, Hassan Nasralá, ha revelado que este perverso complot busca también debilitar a la Resistencia libanesa. Sin embargo, el objetivo último es destruir la ideología del arabismo entre los pueblos de la región y dividir a los países árabes en pequeñas entidades sobre la base de criterios sectarios o étnicos. Israel sería, en este sentido, el principal beneficiario si este complot tuviera éxito.

Según afirmó el experto libanés Galid Kandil en el sitio neworientnews.com: “Al decidir luchar en Siria contra este proyecto, Hezbolá protege al pueblo de la región, sus religiones, su diversidad, la unidad del tejido social y la voluntad de resistir al proyecto hegemónico de Israel, que está en el corazón del combate del partido. Hezbolá continúa fiel a su tradición como vanguardia de la lucha contra el proyecto israelo-estadounidense, que utiliza hoy como su instrumento a los grupos takfiris.”