Los bahreiníes han tomado de nuevo las calles para protestar pacíficamente contra el enjuiciamiento de varios activistas opositores, señaló el corresponsal del sitio de Al Manar en Bahrein.
Los bahreiníes han tomado de nuevo las calles en varias regiones y localidades del país para protestar pacíficamente contra el enjuiciamiento de varios activistas opositores, señaló el corresponsal del sitio de Al Manar en Bahrein.
Entre los activistas enjuiciados está la conocida activista Raihana al Musawi, que detalló el jueves las torturas físicas y psicológicas a las que fue sometida durante su detención.
Algunos detenidos también hablaron durante su procesamiento sobre las torturas brutales e intensas a las que han sido expuestos, mientras que a otros les fue impedido hablar de su sufrimiento ante el juez.
A los periodistas y observadores no les fue tampoco permitido acudir a los juicios.
Regiones como Karbabad, Al-Musalla, Salmabad, Karana, Malkiya, Nuwaidrat, Sitra, Diraz, Maamir, Bilad Al-Qadim, Manama, Sehla y otras han sido testigos de movimientos espontáneos que condenan las actuales violaciones de los derechos humanos y piden una transición hacia la democracia.
En realidad, las protestas en Bahrein no se han detenido desde el asalto y destrucción de la Plaza de la Perla por parte de las fuerzas del régimen, apoyadas por tropas saudíes, en Marzo de 2011.
Por su parte, la Sociedad Islámica Nacional Al Wifaq, considerado el principal grupo de oposición, ha dado a conocer una declaración en la que considera que las acciones del régimen “reflejan su alejamiento de los valores y principios islámicos, nacionales y humanitarios. Su actuación refleja una práctica degenerada que no excluye ataques contra mujeres y niños, en una forma que ha cruzado la línea roja”.
Al Wifaq también subrayó que “a través de este comportamiento, el régimen ha creado un nuevo marco en la práctica. Lo que la detenida Raihana al Musawi y otros han revelado supone una completa degradación y una ausencia de cualesquiera valores humanitarios. Todos los dirigentes de este régimen deben ser considerados responsables por estos hechos”.
“Todos estos hechos reflejan una verdad, que es la ausencia del estado y la ley en Bahrein. La forma en la que el régimen actúa no tienen nada que ver con un estado. Se trata más bien de una administración sectaria que comete crímenes sin fin para mantenerse en el poder”.